El sueño de Adrián
El delantero del Deportivo marcó dos goles, provocó un penalti y dos expulsiones ante un Athletic confuso y muy fallón
Adrián, el delantero asturiano del Deportivo, habrá soñado, como tantos futbolistas, con un partido mágico, un gol decisivo, un gol mundial, un partido memorable. Se habrá puesto el listón muy alto (un Mundial, una Champions, algo así). En tanto llega, ayer tradujo un sueño en San Mamés, que no es mal lugar para convertir un sueño en realidad. A los 21 minutos provocó el penalti de Ustaritz, que supuso su primera tarjeta amarilla. Lo lanzó y lo convirtió en gol; 12 minutos después provocó, en otra escapada, la expulsión de San José, que le derribó con una leve entrada por detrás.
En el minuto 52 le volvió a robar la cartera a Ustaritz en un saque de Aranzubia y marcó el segundo gol. No contento con su ejercicio, un minuto antes de ser sustituido consiguió la expulsión de Ustaritz. Para ser el único delantero del equipo de Lotina, su rentabilidad fue absoluta, porque entre otras cosas, amén de esas acciones, pocas veces más tuvo oportunidad de lucimiento. Lo suyo es el recorte, el toque sutil y el desquiciamiento del rival.
ATHLETIC 1 - DEPORTIVO 2
Athletic: Iraizoz; Iraola, San José, Ustaritz, Castillo (Gabilondo, m.62); David López (Susaeta, m.59), Gurpegui, Orbaiz, Muniain; Toquero (Vélez, m.59) y Llorente.
Deportivo: Aranzubia; Laure, Lopo, Aythami, Colotto, Manuel Pablo; Juan Domínguez (Juca, m.84), Rubén Pérez, Juan Rodríguez; Lassad (Antonio Tomás, m.49) y Adrián (Pablo Álvares, m.90).
Goles: 0-1, m.21: Adrián, de penalti. 0-2, m.52: Adrián. 1-2, m.86: Llorente.
Árbitro: Rubinos Pérez (Comité madrileño). Expulsó a San José en el minuto 33, por falta a Adriá, siendo el último defensor; a Juan Rodríguez, en el 46+, por doble amonestación; y a Ustaritz, en el 90, también por doble tarjeta. Además, mostró amarilla al local Gurpegui y a los visitante Laure y Aythami.
Unos 35.000 espectadores en San Mamés.
El sueño de Adrián solo fue comparable a la pesadilla de Ustaritz, al que hay que escudriñarle el partido, segundo a segundo, para encontrar algo que no se parezca a un fallo, un error de colocación, un despeje al aire, un pase mal tirado, un choque mal resuelto un salto escaso.
Quizás fue el horario inglés que reunió a Athletic y Deportivo a las cuatro de la tarde, como en los años sesenta. Al Athletic desde luego le afectó: en 20 minutos había malgastado cuatro mano a mano con Aranzubia, con especial papel protagonista de Toquero, probablemente en su peor partido como rojiblanco. En ese momento, el Deportivo, que defendía con mucha gente, pero muy mal, se dio cuenta de que el partido estaba de su lado. Si defendiendo tan mal, concediendo una tras otra oportunidad a los delanteros rojiblancos, no iba perdiendo es que 2011 le estaba ofreciendo un buen comienzo de año, le estaba invitando a ganar.
Al árbitro, Rubinos Pérez, tampoco le cayó bien el nuevo horario. Quizás comió tarde y por eso dirigía desde lejos, desde muy lejos, y tiraba de tarjeta como si aún estuviera en el restaurante a falta de pagar. El penalti de Ustaritz a Adrián lo fue, tras un majestuoso error del defensor vizcaíno; la tarjeta roja a Mikel San José pareció excesiva; la primera amarilla a Juan Rodríguez fue una tontería arbitral y la segunda una tontería futbolística. Y la expulsión de Ustaritz, el colofón a una mala tarde de invierno.
Y llegó la épica. 10 contra 10, marcó el Athletic, por medio de Llorente. Nueve contra 10, estuvo a punto de marcar Iraizoz, cabeceando un córner de Gabilondo que dio en Manuel Pablo (¿en la mano?) y que bien hubiera firmado por estilo y potencia Fernando Llorente. Era una tarde de domingo rara que nubló la vista del Athletic y de Rubinos Pérez, pero que en la neblina de San Mamés le permitió a Adrián disfrutar de uno de sus sueños más felices. A Ustaritz y a Toquero los tiró de la cama.
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