Pura eficacia del Athletic ante el Levante

Lo pagó la bufanda de Luis García, maltratada por el técnico del Levante, que la tiró al suelo varias veces en un gesto de rabia incontenible. Era el minuto 94 y el goleador granota, Caicedo, solo en el punto de penalti, había errado el remate de cabeza. El enésimo remate pifiado de un Levante que se sintió superior en el juego, pero sucumbió en las dos áreas. Los jugadores del Athletic celebraron el triunfo efusivamente, abrazados en una piña, conscientes de haber pescado tres puntos en una actuación mediocre. Salvado por dos momentos de inspiración. La falta a la escuadra de Gabilondo, un tiro precioso en potencia y colocación.

Y el cabezazo picado de Javi Martínez, que voló entre los centrales, para alejar la pelota de la estirada del portero Reina. Dos jugadas de estrategia resolvieron el encuentro. El estadio Ciutat de València respondió con grandeza: ovacionó a su equipo pese a la derrota. Un grito espontáneo en busca de una justicia poética. El Levante nadó para morir en la orilla. El Athletic acusó la repentina marcha al vestuario de Llorente, lesionado en la cadera en el minuto 17 y que será baja en la ida de los octavos de Copa el martes ante el Barça. El cuadro de Caparrós se sintió afeitado, sin las inmensas posibilidades que le ofrece su campeón. En el rato en que jugó, los defensas granota no podían con él, si no era a través de una falta como la que propició el primer gol. Una falta en la corona del área contraria es una bendición para el conjunto de Caparrós. Brazos en jarra, dos consumados pistoleros frente al balón. Un diestro o un zurdo, a una escuadra o a la otra. David López o Gabilondo. Y el portero Reina sin saber hacia dónde visualizar el disparo.

Con el diminuto Rubén de maestro de ceremonias, el Levante raseó el balón e hizo retroceder al Athletic, cada vez más cerca de Iraizoz. El meta vasco dudó un parpadeo y salió tarde a tapar el pase en profundidad de Xisco Nadal a Caicedo. El delantero ecuatoriano tocó cruzado con la puntera izquierda. A gol. Su séptimo tanto en la Liga.

Con el armazón de los tres mediocentros (Orbaiz, Gurpegi y Javi Martínez), al Athletic le faltó agilidad en el centro del campo. A fin de ganar espacios, Caparrós dio paso a Susaeta en la segunda parte. Fue, sin embargo, el Levante el que siguió tocando y desbrozando caminos hacia Iraizoz. Pero no los concretó y la frustración se apoderó del conjunto granota, creyendo todavía en el empate, quejándose de un gol anulado a Sergio por fuera de juego, sintiéndose perseguido por el infortunio. Hasta que Luis García, ya desesperado, la emprendió a estirones con su bufanda.

Levante 1 - Athletic 2