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El Valencia se queda corto en Old Trafford

Sujetado por Guaita, el equipo de Emery se clasifica segundo tras empatar con el Manchester United en un duelo que comenzó gobernando con un gol de Pablo

Aunque se quedase corto, el Valencia salió reforzado anímicamente de Old Trafford. Más que nada porque demostró que podía plantarle cara perfectamente al Manchester United, clasificado como primero de grupo con los mínimos méritos. Más hizo el conjunto de Emery en esta primera fase, pero ha de conformarse con esta segunda plaza como consecuencia de la contra que le pilló Chicharito Hernández en el choque de Mestalla. Anoche, el Valencia, anclado por la personalidad indiscutible de Ever Banega, le discutió la pelota al United, que tuvo más pegada, eso sí. Limitada por una noche gloriosa de Guaita, el joven portero valenciano. En cuanto a Emery, a pesar de contar con jugadores poco habituales, esta vez sí mantuvo el estilo atrevido que lo ha llevado a los octavos de final en esta Liga de Campeones. Y si acaso le faltó al final haber apostado por Soldado para el último intento desesperado de ganar, ya con el United totalmente encerrado en su área para evitar una derrota que lo habría condenado a un sorteo en el que no quería ver ni en pintura al Barcelona. Junto al sonado estreno de Guaita, la otra alegría para el Valencia fue la aparición de Isco, que jugó con su atrevimiento habitual, si bien entró tras la lesión de Chori Domínguez, el mejor de la primera parte.

MANCHESTER UNITED 1 -VALENCIA 1

Manchester United: Amos, Ferdinand (Smalling, m.50), Anderson (Fletcher, m.90), Berbatov, Rooney, Park Ji-Sung, Vidic, Carrick, Nani (Giggs, m.81), Fabio, Rafael.

Valencia: Guaita, Albelda, Domínguez (Isco, m.54), Aduriz, Dealbert, Pablo Hernández (Feghouli, m.81), Ricardo Costa, Éver Banega, Mathieu, Miguel, Jordi Alba (Mata, m.67).

Goles: 0-1: Pablo Hernández, min.32; 1-1: Andersen, min.62

Árbitro: Pedro Proença (POR). Amonestó a Anderson, del Manchester, y a Miguel y Albelda, por el Valencia.

Incidencias: Partido correspondiente a la sexta jornada de la Liga de Campeones, disputado en Old Trafford ante 74.513 espectadores.

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Los porteros se consagran en partidos grandes como este. En sus tiempos de eterno reserva de Cañizares, Palop salió eufórico de Highbury tras una exhibición ante el Arsenal. Ese día, el hoy portero del Sevilla entendió que podía competir con cualquiera. La misma conclusión a la que llegó anoche Guaita tras aguantar las acometidas de las fieras del Manchester: primero anduvo rapidísimo para arrebatarle a Berbatov la pelota del pie derecho cuando trataba de regatearlo; y después repelió un remate a bocajarro de Park en una parada de puros reflejos. Con César ya recuperado de la lesión, la decisión de Emery de apostar por el joven Guaita, de 23 años, se antojaba muy arriesgada, aunque, visto el resultado, dio en el clavo. El chico ya venía de dar un recital en el Bernabéu el pasado sábado y Old Trafford tampoco pareció impresionarle. Es ágil, veloz y tiene nervios de acero.

Guaita afeitó al Manchester y Chori Domínguez lo vacunó desde la media punta. Incrustado entre los dos centrales y los mediocampistas, Chori se movió como una avispa y siempre fue una referencia del ataque valencianista, aprovechando su tracción y su visión para enviar el balón donde convenía. En este caso al desmarque de Pablo, que llegaba por la derecha sin ser visto aparentemente por nadie salvo por el ojo supersónico del Chori Domínguez. Antes, este le había robado la cartera a Carrick, dormido en la zona de tres cuartos. La contra iniciada por el argentino la completó Pablo con un disparo cruzado que se tragó el portero Amos, sustituto anoche de Van der Sar. Domínguez trató de conectar con un Aduriz magullado por los codazos que sacaba Vidic en cada salto.

Tratando de huir del Barça en los octavos de final, el Manchester había salido con todo salvo la portería, donde Amos encajó el primer gol del United en esta primera fase del torneo. Desde el extremo derecho, Nani volvió a ganarle el terreno al lateral Mathieu, por mucho que Emery le hubiese puesto al francés la ayuda de Jordi Alba por el interior izquierdo. El Valencia, sin embargo, estuvo firme en el centro de la zaga, apuntalada por un Dealbert sorprendentemente enchufado, concentradísimo para tirar el fuera de juego, a pesar de los pocos minutos acumulados esta temporada.

Albelda y Ever Banega marcaron territorio en un centro del campo dividido, alumbrado por el mediocentro argentino con la misma frecuencia con la que apaga la luz. Ever es así: capaz de lo mejor (gobernar el partido en determinadas fases) y de lo peor (un par de pases al contrario en zonas comprometidas).

El Manchester United apretó las tuercas tras el descanso y en la primera salida de la cueva del Valencia se lesionó Domínguez, un tirón en el muslo izquierdo. Ya es mala suerte que le llegara la lesión precisamente en su mejor actuación como valencianista, al comienzo del segundo tiempo, en el encuentro en el que recordaba al futbolista rápido y huidizo que el Valencia se trajo del Rubin Kazán. La otra cara de la moneda en el Valencia era para Isco, agraciado con la inmensa fortuna de debutar en Old Trafford con 18 años.

Arreció el ataque del United y la enésima parada de Guaita, esta vez un rechace a un disparo de Park, cayó a los pies de Anderson, que solo hubo de empujar a gol. Emery reaccionó dándole entrada a Mata y el partido se abrió hacia un destino imprevisible.

Mata le dio mucha más calidad técnica al ataque valencianista e Isco jugó con el desparpajo que se le supone. El conjunto de Emery, a su vez, asumió riesgos y dejó que Dealbert y Ricardo Costa se las apañaran casi a solas con Rooney y Berbatov. Encerrado el United en torno a Amos, al Valencia careció de claridad para encontrar los espacios. Emery recurrió a Feghouli, pero al extremo francés le faltan horas de vuelo. Las que sí garantizaba el goleador Soldado.

La apuesta del entrenador le valió al Valencia para ser segundo de su grupo, y ahora deberá esperar fortuna en un sorteo en el que puede quedar emparejado en octavos de final con equipos como el Chelsea, el Schalke, el Bayern Múnich y el Tottenham.

Guaita, en el suelo, durante el encuentro
Guaita, en el suelo, durante el encuentroAP

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