El gol del más viejo
El incombustible Jari Litmanen se convierte, a punto de cumplir los 40 años, en el goleador más longevo de Europa
Las estadísticas no tienen ni cuerpo ni alma pero en ocasiones, casi sin saberlo, ajustan cuentas con talentos olvidados en pleno viaje al anonimato. El pasado miércoles, Jari Litmanen se convirtió en el goleador más veterano en un encuentro internacional oficial en la historia del fútbol europeo. El finlandés, con 39 años y 270 días, anotó el sexto gol de su selección ante San Marino en la victoria por 8-0 del partido de clasificación para la Eurocopa 2012 disputado en Helsinki. En el minuto 71 y desde el punto de penalti Litmanen se hacía un hueco en la enciclopedia superando al irlandés Jonh Aldridge y al austriaco Ivica Vastic que poseían el récord en la frontera de los 38 años.
Litmanen siempre pertenecerá a esa estirpe de mediapuntas que destilaba elegancia mientras danzaba por la frontal del área en busca de las rendijas por las que enhebrar su magia. Ahora, cerca de convertirse en cuarentón, apura sus últimas carreras en el Lathi, un modesto equipo de su localidad natal que transita en los puestos de descenso de la Segunda división finlandesa. Lo hace por la necesidad de matar el gusanillo y con la tranquilidad del que asume el viaje de vuelta.
Un viaje que comenzó a principios de los 90 cuando Tonny Bruins Slot, en su último servicio como ojeador del Ajax antes de convertirse en ayudante del Dream Team de Johan Cruyff, lo descubrió y le abrió las puertas de la academia de Ámsterdam, una de las mejores de Europa. Lejos de desentonar, su talento mezcló con rapidez con los Seedorf, Rijkaard, Finidi, Overmars y Kluivert. De la mano de Van Gaal, aquel equipo conquistó la Champions en 1995 y dejó para el recuerdo recitales como el que protagonizaron ante el Real Madrid al que derrotaron 0-2 en aquella edición de la Copa de Europa en la que probablemente haya sido la mayor exhibición de un conjunto visitante en el Santiago Bernabéu.
Aquel equipo predestinado a emular los éxitos del Ajax de principios de los 70 se desmembró progresivamente con un destino común: el Barcelona. Van Gaal, los hermanos de Boer, Kluivert, Overmars, Reiziger, Bogarde y el propio Litmanen sacaron billete rumbo al Camp Nou. Pero los problemas físicos del finlandés truncaron su aventura como azulgrana. En sus dos temporadas en España Litmanen pasó casi de puntillas, jugó apenas una veintena de partidos y marcó tan solo tres goles.
En 2001 fue traspasado al Liverpool donde el entonces entrenador Gerard Houlier intentó recuperarlo para la elite. Pero sus problemas físicos no remitieron y aquella temporada, Litmanen no pudo disputar ninguna de las tres finales que ese año disputaron los reds (FA Cup, Carling Cup y Copa de la UEFA) debido a sus constantes lesiones.
Su efímero regreso al Ajax y su errante travesía en el Hansa Rostock, el Malmöe y el Fulham certificaron que su talento de cristal ya no soportaba la competición de alto nivel. Pero a pesar de su repliegue, el incombustible Litmanen nunca abandonó la selección finlandesa. Debutó con su país hace más de dos décadas y el pasado miércoles en Helsinki firmó su partido número 137 como internacional. Un funcionarial lanzamiento de penalti le sirvió para dar lustre a su meritorio expediente y para premiar su clase, su talento y su resistencia.
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