Oden o la maldición de los Blazers

Los Blazers no salen de una desgracia y ya están metidos en otra. Atribulados por los problemas de rodilla que llevan a maltraer a la figura del equipo, Brandon Roy, acaban de recibir otro mazazo. Greg Oden, el número uno del draft de 2007 por delante de Kevin Durant y Al Horford, el hombre destinado a erigirse en el pilar del equipo durante la próxima década, ha recibido otro fatídico diagnóstico: sufre una microfractura en la rodilla izquierda y probablemente se perderá toda la temporada. Es una nueva vuelta de tuerca en su desgraciada trayectoria en la NBA. En tres temporadas y media sólo ha podido disputar 88 partidos debido a dos graves lesiones, una microfractura en la rodilla derecha que le obligó a retrasar su estreno hasta la temporada 2008-2009, y una fractura en la rodilla derecha en diciembre de 2009.

La directiva de Portland ya tenía la mosca tras la oreja. La confianza depositada en la carrera de Oden se esfumó cuando los Blazers tomaron recientemente la decisión de no ejercer la opción de no hacer efectiva la extensión de su contrato. Oden, un pívot de 2,13 metros y 129 kilos que destacó en la Universidad de Ohio State, es ya situado como uno de los mayores petardazos en la historia del draft, a pesar de que todavía no ha cumplido 23 años. Limitado por sus lesiones, nunca destacó como se esperaba. Sus promedios son 11.1 puntos, 8.5 rebotes y 2.3 tapones.

Ciertamente, las expectativas formadas en torno a él eran altísimas, propias de un jugador que, en categoría junior, logró premios que solo LeBron James había conseguido y que, en su único año universitario, condujo a Ohio State a la final. La perdió ante Florida a pesar de que sumó 25 puntos, 12 rebotes y 5 tapones. Su hermano Anthony juega al fútbol americano con Arkansas, siempre dijo que, de no ser jugador de baloncesto, le habría encantado ejercer como dentista. Tal vez deba reconsiderar su situación si no logra recuperarse del rosario de graves lesiones que está sufriendo. A las lesiones se añade una mentalidad perfeccionista que provoca, según algunos de sus allegados, que los contratiempos le afecten más de la cuenta.

La maldición histórica de la franquicia sigue dejándose sentir este año en el que tampoco otro pívot, Greg Przybilla, ha podido debutar debido a una lesión que arrastra ya desde la pasada campaña. El rosario de bajas en el equipo del español Rudy Fernández, aconsejó el fichaje del argentino Fabricio Oberto, pero después de jugar cinco partidos se sintió indispuesto y, dado que sufre problemas cardiacos, decidió retirarse.

Fiasco en el draft

En las comparaciones surge otro pívot llamado a hacer historia en la NBA y en los Blazers en concreto, Sam Bowie. Fue el número dos del draft en 1984 por delante de Michael Jordan (3º), Sam Perkins (4º), Charles Barkley (5º) y John Stockton (16º). Los números de Bowie fueron mediocres en su primer año (10 puntos y 8.6 rebotes de media), apenas jugó 63 partidos en los tres siguientes años a causa de problemas en sus rodillas y acabó siendo traspasado sin pena ni gloria a New Jersey Nets.

Tampoco Bill Walton, uno de los mejores pivots en los setenta, tuvo mucha suerte con los Blazers, que lo eligieron en 1974. Luego sufrió todo tipo de lesiones. Y lo mismo se podría afirmar respecto a Arvydas Sabonis, que militó en los Blazers durante dos etapas (1995-2001 y 2002-2003) y tuvo muchos problemas a causa de una fractura del talón de Aquiles, aunque rindió a satisfacción y con llegaron a la final en 2000.

Otros fiascos en los drafts son Michael Olowokandi, elegido con el número por los Clippers en 1998; Darko Milicic, número dos por Detroit Pistons en 2003, Shawn Bradley, número tres por Golden State en 1986, o Kwame Brown, número uno por Washington en 2001, el año en que Pau Gasol fue elegido en la tercera posición.