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Deportivo 0 - Osasuna 0

Nada a cero en Riazor

Riazor es una bicoca para cualquier visitante necesitado de cortar la racha más nefasta. Osasuna había perdido sus últimos once partidos a domicilio y se quedó en inferioridad numérica antes del descanso por expulsión de Camuñas. Dio igual. Rescató un punto para prolongar la agonía del Deportivo, incapaz de cantar victoria y que ha marcado tres goles en siete jornadas, dos de penalti y el otro en los minutos de la basura contra el Real Madrid.

El equipo de Lotina se movió por el terreno de los sentimientos. Cuando el fútbol desaparece, lo habitual es apelar a ellos y en esas anduvo el Deportivo en los largos quince días que separaron la goleada del Bernabéu del partido de ayer. Durante ese tiempo como colistas los jugadores del Deportivo recibieron estímulos de lo más variopinto. Un centenar de aficionados ultra se presentó en un entrenamiento para corear consignas de aliento y reclamar, con una vistosa pancarta, "unión y compromiso". El viernes pasado Joaquín Dosil, el psicólogo que trabaja desde hace años con Lotina, se encerró con la plantilla. Luego, de manera pública, el técnico pidió intensidad, un clásico cuando se anda corto de fútbol.

Deportivo 0 - Osasuna 0

Deportivo: Aranzubía; Laure, Colotto, Lopo, Seoane; Rubén Pérez, Antonio Tomás (Pablo Álvarez, m. 78); Juan Rodríguez, Lassad (Dioni, m. 75), Desmarets (Saúl, m. 84); y Adrián. No utilizados: Manu, Zé Castro, Manuel Pablo y Juan Domínguez.

Osasuna: Ricardo; Damià, Miguel Flaño, Lolo, Monreal; Juanfran (Nelson, m. 90), Vadocz (Massoud, m. 68), Nekounam, Soriano, Camuñas; y Lekic (Kike Sola, m. 68). No utilizados: Riesgo, Josetxo, Rúper y Aranda.

Árbitro: Pérez Lasa (C. T. Vasco). Amonestó a Lopo, Dioni, Aranzubia por el Deportivo y a Monreal y Kike Sola por Osasuna. Expulsó al rojillo Camuñas en el minuto 34.

Incidencias: Riazor. Unos 18.000 espectadores.

La intensidad acompañó al Dépor. También las demás carencias que amenazan con llevarle al desastre, las propias de los equipos pequeños, que padecen por su ineficacia para resolver en el área rival. Y ahí hace falta algo más que intensidad. Es una cuestión de codicia, de acierto y de capacidad. No las tuvo Antonio Tomás para empujar a la red un balón que quedó muerto al borde del área pequeña con Ricardo batido, tampoco Lassad para superar al meta osasunista en un mano a mano tras una trompicada porfía de Adrián, el delantero, el destinatario de miradas, críticas, lamentos y comparaciones. Hacendoso y esforzado, el falso punta asturiano salió al campo con la misión de trabajar entre los dos centrales. No lo hizo. De su desobediencia partieron la mayor parte de las opciones en ataque del Deportivo, pero también generó una ausencia en el corazón del área. Allí trataron de llegar Lassad, que casi siempre lo hizo tarde, y Desmarets, que sacó el cañón, pero disparó al muñeco.

Al menos al Deportivo sólo le ocupó mirar hacia adelante. Osasuna apenas le inquietó, lastrado por su indolencia ofensiva y la expulsión de Camuñas, que se fue de la lengua y se topó con Pérez Lasa. Con todo, pudo ganar si Vadocz dirige mejor un testarazo en una de esas acciones a balón parado en las que el Dépor sufre un calvario. Y Camacho reclamó con su habitual incontinencia un gol anulado al centrocampista húngaro por fuera de juego. Al final dio por bueno el empate. También Lotina, con un punto de satisfacción y otro de resignación porque ya anticipa que el futuro de su equipo en este Liga es pelear con "los seis o siete de abajo".

Colotto lamenta un fallo
Colotto lamenta un falloEFE
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