La magia está por venir
El Madrid debuta en su nuevo pabellón con una cómoda victoria ante un flojo Manresa (81-63)
Hay circunstancias en la vida en las que importa más el continente que el contenido. Hoy era uno de esos días. El Madrid estrenaba casa: la Caja Mágica. Tras seis temporadas haciendo el paseíllo en Vistalegre, la sección de baloncesto, realizaba la décima mudanza en sus casi 80 años de historia. Todo olía a nuevo, todo brillaba, pero todo tenía un punto de extrañeza. Se notaba el esmero de todos los responsables del club en atender a una afición desubicada que se acercaba con reticencias al recinto.
Se despidieron de la 'Plaza Mágica', sin saberlo, en el cuarto partido de las semifinales del curso pasado ante el Caja Laboral. Fue un viernes 4 de junio y apenas una pancarta en uno de los fondos apelaba a la nostalgia: "Vistalegre cuna de un sentimiento", rezaba. Hoy todo tenía la frialdad y las incertidumbres de las primeras veces. ¿Está muy lejos? ¿Se tarda mucho en llegar? Eran las preguntas del día, que igual valían para encontrar el nuevo pabellón que para reclamar la magia al segundo proyecto de Ettore Messina.
Real Madrid 81 - Manresa 63
Real Madrid (25+22+21+13): Suárez (13), Reyes (11), Rodríguez (2), Fischer (9) y Llull (15) -equipo inicial-, Mirotic (2), Velickovic (4), Garbajosa (2), Vidal (3), Tomic (4) y Tucker (16).
Assignia Manresa (24+15+9+15): Grimau (7), Majstorovic (4), Alzamora (12), López (9) y San Miguel (7) -equipo inicial-, Erikkson, Montáñez (4), Hernández, Gladyr (8), Lewis (10) y Oriola (2).
Árbitros: Francisco de la Maza, Anna Cardús y Francisco Zafra.
Incidencias: Partido correspondiente a la segunda jornada de la Liga ACB, disputado en la Caja Mágica, ante 6.000 espectadores. Se guardó un minuto de silencio en memoria de Agustín Domínguez, ex secretario general del club.
Joventut 91 - Menorca 73
DKV Joventut (16+26+22+27): Robinson (3), English (12), Hosley (5), Trias (13), McDonald (19) -equipo inicial-, Franch (11), Norel (11), Pere Tomás (7), Flis (3) y Jelinek (7).
Basquet Menorca (19+14+25+15): Ciorciari (7), Limonad (14), Victor (7), Donaldson (13), Radenovic (17) -equipo inicial-, Torres (10), Sánchez (-), Servera (2), Otegui (-) y Huertas (3).
Arbitros: Perea, Sánchez Montserrat y Pérez Niz. Sin eliminados.
Incidencias: partido correspondiente a la segunda jornada de la liga ACB disputado en el Palau Olímpic de Badalona ante 5.128 espectadores.
Durante el calentamiento del equipo, el técnico italiano y Prigioni, con el brazo en cabestrillo, escenificaron su entente cordial tras el rifirafe en la primera jornada con una charla de gestos serios y gesticulaciones pedagógicas.
Ya en la pista, la primera canasta en la Caja Mágica fue un triple de Carlos Suárez. Metáfora de los nuevos tiempos. El alero ex estudiantil prolongó las buenas sensaciones de su estreno en el derbi que abrió la temporada. Fue el máximo anotador del primer tiempo con 11 puntos, bien secundado por Reyes y Llull, y se ganó los primeros coros de la afición: "Carlos Suárez, madridista es", cantaban. El primer tiempo concluyó con 47-39, buenas maneras de los locales y pocas certezas.El Manresa mantuvo la cara durante apenas 20 minutos, haciendo la goma, gracias al acierto de Dani López y a los triples de Gladyr. Aún así, siempre primó la sensación de que el partido quedaría decidido en cuanto el Madrid se pusiera manos a la obra.
Al descanso, los espectadores buscaban la cafetería, los periodistas la conexión wi-fi y Messina los ajustes para apuntarse la segunda victoria de un equipo en construcción. De momento, la arquitectura de Messina pasa por dar confianza a Sergio Rodríguez, por entregar los galones a Reyes y Llull y por entregarse al gran momento de Suárez, por encima de las expectativas. Más allá de eso, pareció esbozarse un claro propósito de rodaje con el renqueante Tomic y el enigmático Velickovic y, un interés por la integración de Vidal. Fisher y Tucker actuaban de meritorios aportando puntos dentro y fuera de una zona manresana defendida tras el descanso con poco acierto y menos espíritu. Un parcial de 21-9 en el tercer cuarto decidió un partido sin sustancia ni magia que quedará para la historia como la primera actuación del Madrid en su nuevo escenario. Con el marcador roto, Messina otorgó minutos de fogueo y lucimiento al joven Mirotic.
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