El Villarreal vence a la provocación
Jefferson Montero reactiva al conjunto castellonense para superar la agresividad del Brujas
Revolucionado por una bala llamada Jefferson Montero, el Villarreal venció a la provocación, superando a un rival que jugó al límite y a una terna arbitral inepta, que le obligó a sacar a relucir el genio y carácter para convertir en fútbol la mala sangre creada a partir de la expulsión del jugador del Brujas Vargas y la lesión de Cani, cazado con violencia por Blondel e impune a los ojos del colegiado ruso. La entrada de Jefferson Montero dio vértigo al ataque del Villarreal, con el ecuatoriano todo cambió.
De salida, nada hacía presagiar el acontecer posterior. Sorprendió al Villarreal el dinamismo y la verticalidad del Brujas. En un principio, el conjunto belga poco tenía que ver con el equipo agresivo y violento que se enfrentó la temporada pasada al Valencia en la misma competición. Fue una trama para que los amarillos se confiaran. A los 26 minutos de juego, Vargas, el más talentoso de los belgas, sacó a relucir su vena arrabalera y soltó un codazo a Cani. El venezolano resultó expulsado. Poco después, su compañero Blondel quiso vengar la afrenta y realizó una entrada terrorífica a Cani, que acabó en camilla y sustituido con una fuerte brecha en su pierna derecha. El árbitro ruso sólo estimo la acción de amarilla. Para qué tantos jueces.
Hasta la expulsión de Vargas, el Brujas planteó al Villarreal un tú a tú. Garrido optó por dar descanso a Nilmar en beneficio de Altidore. El estadounidense demostró en poco tiempo las virtudes que bien sabe manifestar: el ganarse los espacios con su poderoso físico y moverse con criterio entre los defensas contrarios. Por el contrario, también sacó a relucir las carencias que hacen que no acabe de especializarse como delantero: su falta de gol es inquietante. Por dos veces ganó la posición a los centrales para plantarse solo ante el arquero belga. En ambas ocasiones tiró al centro, con su pierna izquierda primero, con la derecha después. Las dos dieron al muñeco. Más irritante resultó la ocasión fallada por Altidore a dos metros de la raya de gol con el portero vencido. Increíblemente el balón no encontró portería. Sfalló ocasiones irritantes, suerte que Rossi sí acertó en una acción conducida por Cazorla y continuada por Capdevila. Para entonces se encontraba en el terreno de jugo Jefferson Montero. El extremo ecuatoriano reactivó al Villarreal pendiente tanto de intentar batir al rival como de esquivar los golpes. Ni con la ventaja llegó el sosiego. Al filo del descanso, en una falta lateral, la defensa amarilla realizó mal el fuera de juego, Diego López se quedó a media salida, Gonzalo no acertó a despejar y el rechace cayó a los pies de Donk. Un gol extraño, como el partido solucionado para el Villarreal por la taquicardia y habilidad de Jefferson Montero.
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