Maradona: "Estoy desesperado"

Diego Maradona amenazó al presidente de la federación argentina de fútbol, Julio Grondona, con una guerra política para sacarlo de la Asociación del Fútbol Argentino. Por el camino, desacreditó al actual seleccionador argentino, Sergio Batista, se burló del ex seleccionador, Carlos Bilardo, criticó a los que fueron sus jugadores, insultó a presidentes de clubes, y no dejó de insistir que su principal objetivo vital es recuperar el banquillo de la selección Argentina. "Estoy desesperado por volver a dirigir la selección", exclamó, "me cortaría un brazo".

Maradona desapareció de la vida pública en medio de la estruendosa derrota de Argentina en el Mundial, eliminada tras una goleada histórica ante Alemania (4-0), y regresó con el mismo estrépito. Lo hizo a través de una entrevista emitida en diferido por la cadena Fox Sports, y dirigida por Fernando Niembro, uno de los periodistas deportivos más influyentes de Argentina y uno de los que más complicidad tienen con Maradona.

La entrevista, que se prolongó durante una media hora, culminó cuando Niembro le pidió que hiciera autocrítica. Ante la evidencia de los errores de Maradona durante el Mundial, no cabían muchas salidas. El interpelado dio síntomas de enajenación cuando le invitaron a evaluar sus actos: "Yo no tengo la culpa si me conocen en todo el mundo y a Batista y a Brown [sus sucesores] no los conoce nadie ni en Uruguay. Los medios no me tienen simpatía pero la gente no se equivoca. Me piden que vuelva en la calle. Con contundencia. Por algo fue ese recibimiento en Ezeiza cuando regresamos de Sudáfrica. Yo no puedo entender cómo no escuchan a la gente. Pero espero el llamado. Estoy desesperado por volver a la selección. Me cortaría un brazo".

Maradona evocó el recibimiento que le dispensó una multitud en el aeropuerto de Ezeiza, tras la derrota en Sudáfrica. El acto fue objeto de controversia en Argentina. La oposición del Gobierno aseguró que fue un movimiento organizado desde la presidencia de la nación y el matrimonio Kirchner, que, en un momento de debilidad política, resolvió explotar la popularidad de uno de los símbolos nacionales. Durante la entrevista, Maradona recordó su encuentro con el ex presidente, esposo de la actual presidenta, que aspira a presentarse a las próximas elecciones presidenciales. "Con Kirchner tuvimos una charla normal. Me felicitó por el Mundial. Me dijo que estaba muy enojado con Grondona porque me había dejado fuera".

"Si Grondona no recogió el guante cuando habló Cristina en la cadena nacional, no creo que lo haga ahora", prosiguió, en referencia a la intransigencia del presidente de la federación, que se negó mantenerle en el cargo. "Pero yo me sentaría a hablar con él. Si yo hablo con Grondona lo solucionamos". Sorprendentemente, Maradona se mostró optimista sobre un encuentro con Grondona minutos después de haber dicho que el dirigente era un hombre repudiado por los anteriores seleccionadores, y que le había engañado: "Me mintió". Además, se refirió con ironía a la lentitud con que Grondona resuelve los problemas: "Julio, usted le pone un supositorio a una liebre".

Aliado con los Kirchner y amenazando con hacer palanca, Maradona, de 50 años, lanzó un desafío a Grondona, de 79, que gobierna la federación argentina desde hace cuatro décadas. Fue su mensaje más coherente. Arrastrado en la cascada de su elocuencia, Maradona llamó "cagador" al presidente de Huracán, Carlos Babington; dijo que la carrera de Javier Zanetti, capitán del Inter, se acabó hace un año porque "no le daban las piernas"; y que Tévez tenía un espíritu amateur del que carecían el resto de sus futbolistas en Sudáfrica, incluyendo a Messi, de quien aseguró que "le faltó culo". "Messi tuvo un Mundial bárbaro", comentó, "pero no tuvo el culo que tuve yo. Yo aparecí y él no".

Enredado en sus paradojas, Maradona confesó que todavía se siente el seleccionador argentino: "Siento que sigue siendo mi equipo". Sin embargo, apuntó que no vio el partido contra España: "No lo vi. Me contaron el resultado".