Se acabó la magia
El Sevilla, sin chispa y con un juego plano y aburrido, no pasa del empate ante un Racing mejor en la segunda mitad
Aburrido y previsible, con un juego plano y sin chispa, a merced durante todo el segundo tiempo del Racing, el Sevilla acentúa su camino hacia la vulgaridad por más que los buenos resultados obtenidos hasta el momento lo tengan bien colocado en la clasificación.
El Racing, un equipo destinado a la zona baja de la tabla, empató con todo merecimiento ante un equipo cumplidor en el primer tiempo y lento y desesperante en el segundo, para desconcierto de unos aficionados que asistieron, perplejos, a contemplar cómo su equipo, huérfano de futbolistas como Kanouté y Navas, y con Luis Fabiano desenchufado, no fue mejor que el Racing porque, sencillamente, no tenía sobre el terreno de juego jugadores con más entidad que su rival ni argumentos técnicos desde el banquillo para ganar el partido.
SEVILLA 1 - RACING 1
Sevilla: Palop; Konko, Alexis, Escudé, Fernando Navarro; Alfaro (Acosta, m.80), Zokora, Guarente, Perotti; Cigarini (José Carlos, m.69) y Negredo (Luis Fabiano, m.75).
Racing: Toño; Pinillos, Henrique, Torrejón, Cisma; Munitis, Diop, Tziolis, Arana (Edu Bedia, m.84); Adrián (Lacen, m.70) y Rosenberg (Ariel, m.59).
Goles: 1-0, m.13: Negredo, de penalti. 1-1, m.54: Pinillos.
Árbitro: Ayza Gámez (Comité Valenciano). Amonestó a los visitantes Toño (m.11), Tziolis (m.20).
35.000 espectadores en el Ramón Sánchez Pizjuán.
El resultado, un empate que congela las ilusiones colectivas, impide que el Sevilla sea líder y abre un camino peligroso, el de una afición muy decepcionada con un equipo en plena cuesta abajo y desprovisto de magia. Con las carencias a flor de piel, el Sevilla acumula ya su cuarto partido en casa sin conocer el triunfo tras caer ante Braga y PSG y empatar con el Deportivo. Los buenos tiempos están olvidados de forma irremediable.
Muchas cosas han cambiado en el Sevilla. Sin la felicidad de tiempos pasados y gloriosos, con un grupo que jugaba con la velocidad y la pegada como señas principales de identidad, el equipo que aspiraba a liderar la clasificación apenas si se sostiene, se ha debilitado en los últimos años y tiene un cuerpo técnico incapaz, hasta el momento, de sacar todo el rendimiento deseado a una plantilla de menor entidad, pero todavía potente.
Álvarez le ha dado el mando del Sevilla a dos centrocampistas italianos, juega con un solo delantero, un tosco Negredo, y busca más el equilibrio en defensa que el juego vertiginoso para desarbolar a su rival. El resultado es un Sevilla discreto, casi siempre bien colocado aunque algo plomizo, que notó las ausencias, incluida la de Martín Cáceres, lesionado en el calentamiento, y al que le vino de perlas el clarísimo penalti de Toño a Alfaro en el minuto 11 de partido. Negredo convirtió con precisión y todo se le hizo más fácil desde entonces al renovado equipo andaluz.
Este guión más previsible, pero que da como resultado un equipo plano, tiene en Perotti al jugador con libertad para hacer lo que le viene en gana. Ya entre por la derecha, por el centro o por la izquierda, el juego del argentino permanece como una reminiscencia de tiempos pasados. En sus botas tuvo el equipo sevillano la puntilla del partido después de una soberbia combinación con Negredo. Perotti se plantó ante Toño, lo dribló y su disparo fue repelido en una gran parada del guardameta del Racing, que de esta forma enmendó en el minuto 35 el error de su alocada salida en el penalti.
El Sevilla solo se sobresaltó cuando Palop le sacó a Arana un remate a bocajarro del ex jugador del Betis. Antes de un buen centro, Munitis se había llevado el balón con la mano.
Lo que vino a continuación apenas pudo entusiasmar al sevillismo. El Sevilla se sintió incómodo mientras el Racing tomaba la iniciativa del juego. Poco a poco le fue comiendo el terreno hasta que Pinillos, de un fuerte disparo, hizo el empate. Dominado por el conjunto cántabro, el Sevilla solo encontró consuelo al contragolpe en una segunda parte muy mal jugada por los de Antonio Álvarez. Aunque esté bien colocado en la Liga, las sensaciones del gran Sevilla han desaparecido.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.