Un batallón de ausentes

Allá por el mes de abril, la FIBA presentó un espectacular vídeo promocional del Mundial de Turquía, titulado Giant Get-Together (Reunión de Gigantes). Sus actores principales eran Kobe Bryant, Pau Gasol y Tony Parker, quienes aparecían haciendo malabarismos con la pelota entre algunos de los monumentos más significativos de Turquía. En el reparto figuraban también el argentino Scola, el puertorriqueño Carlos Arroyo, el brasileño Varejao, el australiano Bogut, el canadiense Joel Anthony, los turcos Ilyasova y Turkoglu y, casi a modo de cameo, el alemán Nowiztki y el ruso Kirilenko.

Pues bien, meses después, a pocos días del inicio del Mundial, el susodicho vídeo pertenece a la categoría de ciencia- ficción, de lo que pudo haber sido y no fue. Porque de esos 12 jugadores, cinco, precisamente los más afamados, no van a disputar el torneo. Recitar un quinteto formado por Parker, Kobe Bryant, Kirilenko, Nowitzki y Gasol suena además de a reunión de estrellas, a música celestial, música que no se escuchará en Turquía a partir del sábado.

Será entonces cuando arranque un Mundial que nace cegado por el brillo de las ausencias. No hay selección que se escape del virus. Ni grande ni pequeña. La carga de partidos en la NBA y las lesiones han hecho estragos, amén de las órdenes de equipo, o prohibiciones, si se quiere evitar cualquier eufemismo, en el campeonato americano.

Obviamente, quien más dañado queda por las ausencias es Estados Unidos , hasta el punto que ninguno de los 12 jugadores que ganaron el oro en los Juegos de Pekín de 2008 estará en Turquía. Aunque el Dream Team, con mejor o peor fortuna siempre encuentra repuestos. Pero hay otros equipos a los que la falta de uno solo de sus jugadores hace un daño considerable. Qué decir de España y Pau Gasol; o de Argentina, que llora la baja de Ginobili, que se ha bajado del carro tras ser padre de mellizos. En el mismo grupo que la albiceleste está Serbia , que no contará, entre otros, con Radmanovic y Stojakovic, nada extraño el caso de este último, que no viste la camiseta de su selección desde 2003. Completan ese grupo, el A, Alemania, que acude sin Nowizki, que prefiere descansar tras disputar 87 partidos esta temporada en la NBA, y Australia, lastrada por la olorosa baja de Andrew Bogut, que se destrozó el hombro, el codo y la mano en abril tras una espeluznante caída en un partido con Milwaukke.

Ya está dicho que en EE UU faltarán todos los que se colgaron el oro olímpico en Pekín hace dos años, con Kobe Bryant a la cabeza. El MVP de la última final de la NBA, que cerró con 96 partidos a sus espaldas, ha decidido hacer un parón con la pretensión de operarse de un dedo. Tampoco serán de la partida Lebron James, Dwyane Wade o Dwight Howard. Sí estará en el equipo, en cambio, Lamar Odom, a quien no parecen pesar los 105 partidos disputados esta temporada. En el grupo de EE UU está Eslovenia , donde destaca las ausencias de Sasha Vujacic, cuya relación con algunos compañeros dista de ser la mejor y del barcelonista Lorbek.

En el grupo C figura el anfitrión, Turquía , que no cuenta entre los favoritos ni para sus propios seguidores, a lo que seguro ayuda la baja de Mehmet Okur, lesionado en el tendón de Aquiles. Algo similar ocurre con Grecia , que llora la ausencia de su buque insignia, Papaloukas. Y qué decir de Rusia , menos aspirante que de costumbre por la decisión de Kirilenko de borrarse porque así se lo han exigido los Jazz, exigencia que él llama "recomendación". "Habrá quien me considere un traidor, pero los listos me entenderán", ha enfatizado. En China entienden al gigantesco Yao Ming, más que nada porque lleva un año parado por una operación en el pie.

Y en el grupo D, el de España, Francia no podrá contar con Tony Parker, quien en vista de la poca solvencia de su selección ha preferido descansar en verano, mientras Lituania no ha podido reclutar ni a Jasikevicius, ni a Siskauskas, ni a Ilgauskas, a quienes no se les ha perdido nada en Turquía. Como tampoco a Steve Nash, que deja a Canadá huérfana de uno de los mejores bases del planeta. Y huérfana, y de qué manera, se siente España sin Pau Gasol, mejor jugador del pasado Europeo, del pasado Mundial y de la última final de la NBA, por mucho que la oficialidad estadounidense otorgara el título a su compañero Kobe Bryant, convertidos ambos, anillo en mano, en los líderes de la legión de ausentes más poderosa que conoció torneo alguno.