España también gana en el alambre

El verano pasado, camino del Eurobasket la selección lituana aplicó un severo correctivo a España en el último amistoso previo al viaje a Polonia, tras ganar a los de Scariolo por 94-72. Era el primer amistoso que perdía España desde 2005 y la imagen de los campeones del mundo, sin Gasol ni Rudy fue irreconocible y anticipó el tortuoso inicio del campeonato que tuvo la selección hasta alcanzar el título. En Eslovenia, faltaban Navarro, entre algodones por sus molestias de espalda, y Llull en el tramo final de su recuperación de su lesión en el pie derecho. Pero España aprendió la lección y ganó en la prórroga. Sabiendo sufrir y moverse en el alambre.

Ayer, el arranque del encuentro tuvo mucho que ver con esos titubeos que provoca el exilio en el primer amistoso que jugaba la selección fuera de territorio nacional. Los eslovenos contenían a Felipe y Marc Gasol en la pintura y martilleaban el aro español con Lakovic desde fuera y Vidmar bajo el aro. Pero Mumbrú, San Emeterio y Suárez lograron contener el impulso de los de Becirovic hasta instalar el partido en la igualdad. 31-28 al descanso. Y empate a 53 al final del tercer cuarto.

El encuentro sirvió para inaugurar el nuevo pabellón de la capital eslovena, el Sports Park Stozice Arena. Un prodigio arquitectónico de diseño futurista y capacidad para más de doce mil espectadores. Y tan meticulosos y previsores han sido los diseñadores de la joya de Liubliana, que la pista presentaba solapadas las medidas actuales y las que aprobó la FIBA para el próximo curso.

Desde el 1 de octubre de 2010 para las competiciones de alto nivel de la FIBA (torneos olímpicos y campeonatos del mundo), la línea de tres puntos se retrasará medio metro hasta situarse en 6,75 metros y la forma de la zona (de tres segundos), pasará de ser un trapecio a un rectángulo. Para las competiciones, nacionales e internacionales, la norma entrará en vigor el 1 de octubre de 2012.

Así, el parquet se convirtió en un galimatías de líneas, formas geométricas y pegatinas publicitarias, como en aquellas pistas escolares que igual servían para el voleibol, el baloncesto, el balonmano o el fútbol sala. Hasta que los jugadores cogieron el tranquillo al baile de líneas, el primer periodo concluyó con desoladores porcentajes de lanzamientos de tres puntos: 2 de 8 para Eslovenia y 2 de 11 para España.

Los cuarenta minutos de juego quedaron reducidos al último cuarto pero el equilibrio no se resolvió en el tiempo reglamentario. Los árbitros se sumaron a la fiesta y aplicaron el todo vale convirtiendo los últimos segundos en un correcalles. Nadie supo resolver y todos se marcharon a la prórroga. Allí, en el terreno del miedo, en los minutos importantes, España presentó las credenciales de equipo fiable con patente de campeón. Era solo un amistoso pero los de Scariolo sumaron una buena dosis de confianza en su, hasta ahora, inmaculada preparación de cara al Mundial. Mientras, San Emeterio y Suárez se batían en duelo por el último billete para Turquía. Los dos han acumulado méritos suficientes como para complicarle la vida a Scariolo. La solución, en breve.