El cerrojo de Portugal

El 20 de noviembre de 2008 Portugal cayó por 6-2 en un partido amistoso contra Brasil y saltaron las alarmas. Las cosas pintaban mal para el equipo de Carlos Queiroz, inmerso en una fase de clasificación para el Mundial en la que, por entonces, no había logrado ni una victoria. Una derrota contra Dinamarca (2-1) y dos empates sin goles contra Suecia y Albania no hablaban muy bien del pulso competitivo de esta nueva Portugal de Queiroz, en el cargo desde julio de 2008. Nadie imaginaba entonces que, hasta hoy, 18 partidos después, todavía no han vuelto a perder.

Esta racha de buenos resultados coincide con otro dato: la llegada a la portería de Eduardo Dos Reis Carvalho (Mirandela; 1982), el guardameta del Sporting de Braga.

La historia de este portero ágil, fuerte (1'87 de altura por 87 kilos) y de enorme seguridad bajo los palos es también la de un trabajador del fútbol en la sombra que ha encontrado el reconocimiento cuando se acerca a los 30 años, la edad ideal para un guardameta. Formado en la cantera del Sporting de Braga, Eduardo tuvo que marcharse cedido al Beira Mar para tener la oportunidad de debutar en la Liga portuguesa. En el tramo final de la temporada 2006-2007, Eduardo disputó sus primeros 15 partidos en la élite del fútbol portugués, cuando ya iba camino de cumplir los 25 años.

Pero su hoja de servicios no era todavía lo suficientemente atractiva para que el Sporting de Braga lo retuviera. A la temporada siguiente le esperaba otra cesión, esta vez al Vitoria de Setúbal. Allí se encontró con la confianza de uno de los técnicos que más han influido en su carrera, el ex futbolista del Braga Carlos Carvalhal, y se convirtió en el guardameta titular. Defendió la portería del Vitoria en 38 partidos, entre ellos los de la Copa de la Liga de Portugal. El Braga fue campeón tras vencer al Sporting de Lisboa.

Aquella noche de marzo, Eduardo fue el hombre del partido: detuvo tres disparos en la tanda de penaltis y su equipo consiguió un billete directo para la Copa de la UEFA. Apenas cuatro meses después, el Sporting de Braga le reclamaba para el primer equipo.

Tras dos cesiones y muchos años de trabajo, en la temporada 2008-2009, Eduardo consiguió hacerse con la portería del club de su vida. La madurez bajo los palos que demostró en sus 31 partidos como titular, además de sus actuaciones en la Copa de la UEFA, convencieron a Carlos Queiroz para hacerle un hueco en la selección. Eduardo debutó el 11 de febrero de 2009 en un partido amistoso contra Finlandia y llegó para quedarse. Desde entonces ha sustituido al veterano Quim y ha disputado 18 partidos, ocho de ellos amistosos, y todavía no conoce la derrota con los colores de Portugal. Ha encajado tres goles, por los 34 que han anotado los lusos, y ninguno de ellos ha sido durante este Mundial.

La portería lusa lleva 270 minutos sin recibir un gol y es la única que sigue imbatida en Sudáfrica. Han hecho falta 44 años, desde la época de José Pereira, de Os Belenenses, para que el arquero de la selección de Portugal no sea el titular de ninguno de los tres equipos dominantes del campeonato portugués: el Benfica, el Oporto y el Sporting.