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Capello se pone poético

"Nunca pensé que el valor de un hombre dependiera del dinero que gana", dice el italiano, aún seleccionador inglés

Inglaterra carga contra la FIFA, pero sobre todo carga contra Inglaterra. El país entero ha encajado el baño de fútbol que le dio Alemania con un ejercicio de flagelación colectiva que supera el tono dramático con el que cada dos años, inevitablemente, se despierta ante la realidad de que su fútbol no es lo que la Premier hace que parezca. Desde la gloria de 1966, Inglaterra nunca ha pasado de cuartos ni en un Mundial ni en una Eurocopa. Pero nunca antes había caído por 4-1.

Como en el resto el mundo, el gol fantasma no concedido a Lampard marca las crónicas y los comentarios. Pero prácticamente nadie lo considera el elemento clave para explicar el fracaso inglés. Simon Barnes culpa en The Times de esa "injusticia" al presidente de la FIFA, Joseph Blatter, pero se pregunta con sarcasmo "¿por qué las extendidas y ofendidas manos de la nación entera no se agarran a ese regalo venido del cielo?" para justificar el fracaso. "Porque por grande que sea la tendencia natural del seguidor inglés a la ceguera selectiva nada puede esconder la verdad. Inglaterra perdió por goleada porque mereció perder aún por más goles. Simplemente, Inglaterra fue humillada", se responde a sí mismo.

Las críticas a Fabio Capello son feroces. El italiano, con dos años más de contrato -y un sueldo que ronda los 8 millones de euros anuales- reiteró ayer poco antes de volver de Sudáfrica que quiere seguir. "Yo no me voy. He hablado con Richards [director de la federación] le he dicho que no me quiero marchar, lo suyo es que se lo piense durante un par de semanas", comentó ayer el seleccionador. Capello volvió a hablar del error del árbitro -"hasta ese momento estábamos jugando bien, ese gol habría cambiado el humor del partido"- pero también reconoció que Inglaterra llegó al Mundial sin gasolina. "He hablado con mis ayudantes, hemos revisado datos y hemos comprobado que los jugadores no solo estaban cansados mentalmente sino también físicamente. Han llegado con la reserva", explicó.

Y, como tampoco es de asumir sus responsabilidades, se defendió ante las críticas sobre su fracaso. "No fui yo, cuando me dieron el cargo, quien decidió el sueldo. Nunca pensé que el valor de un hombre dependiera del dinero que gana", espetó. A Capello, fichado por acabar con los problemas de personalidad de la selección inglesa, le reprochan sus tácticas, la elección de los jugadores y el ambiente en la selección. Casi todos critican su insistencia en utilizar el 4-4-2 y muchos comentaristas creen que Rooney tenía que haber sido el único punta, con Gerrard detrás de él en lugar de jugar por la izquierda. Nadie está contento con la presencia de Heskey en el ataque porque lleva más de un año sin meter un gol con Inglaterra.

Los ingleses se han dado cuenta ahora de que la de Sudáfrica es la selección más vieja que han llevado a un Mundial y que ha sido vapuleada por la segunda más joven del torneo. Y se preguntan si el problema no es que el éxito de la Premier, convertida en una liga mundial en la que apenas el 35% de los jugadores son ingleses, no está matando a la selección.

Fabio Capello, durante la conferencia de prensa.
Fabio Capello, durante la conferencia de prensa.AFP
Alemania arrolla a Inglaterra, y pasa a cuartos del mundial. El árbitro no da un gol fantasma a Lampard. <strong>Resúmenes y goles: <a href="http://www.elpais.com/deportes/futbol/mundial/videos/">Vídeos Mundial 2010</a></strong>

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