Defoe golea a la tragedia

La secuencia es la siguiente. Minuto 23 del partido entre Eslovenia e Inglaterra, último partido de la primera fase del Grupo C, clave para el desenlace de la trama de los octavos del Mundial. Milner, medio centro inglés que actuó de extremo, centra desde la banda derecha al corazón del área para que Defoe, delantero, se desmarque de su par y solo ante la portería balcánica mande el esférico al fondo de la red. Gol. Tres puntos de oro para Inglaterra que le permiten agarrarse a última hora a la clasificación para el partido de hoy de octavos frente a Alemania. Para Jermain Defoe (Londres; 1982), autor del tanto, fue algo más. La supresión a un dolor enquistado a raíz de una trágica historia familiar.

La vida de Defoe siempre permaneció ligada a la polémica. Hijo de inmigrantes, corre por sus venas sangre caribeña. Sus pinitos con el balón los comenzó a dar en su preadolescencia en las filas del Senrab, un equipo de barrio londinense del que salieron futbolistas de la talla de John Terry, Sol Campbell y Ledley King. De ahí, al Charlton, escaparate perfecto hasta que, con 16 años, fichara por el West Ham, club en el que dio el salto al estrellato para consagrarse en el Tottenham. Con Inglaterra, debutó en 2004. Su pegada, velocidad y olfato goleador no pasaban desapercibidos.

Pero no todo es vino y rosas en la trayectoria de Defoe. Su carácter, un tanto agrio, le causó más de un disgusto. Carne de cañón de la prensa del corazón a raíz de múltiples escándalos de índole sexual, no dudó en agredir a Javier Mascherano, en las filas de su ex equipo, el West Ham, en 2006, con un mordisco en el hombro en un lance del partido que les enfrentó. Su irregularidad le condenó a salir del Tottenham para reivindicarse en el Portsmouth. El punto de inflexión para Defoe, sin embargo, tiene fecha concreta: 24 de abril de 2009. Jade Defoe, conocido rapero y hermanastro del díscolo futbolista, muere asesinado en Londres tras una puñalada. Un año después de la muerte de su abuela. El mundo se le vino encima al delantero y decidió aferrarse al cristianismo para salir adelante. Con la muerte de Jade, Jermain se animó a aprovechar las oportunidades que le brindó el fútbol, como él mismo llegó a declarar. Nuevas sensaciones.

Una gran temporada de nuevo en las filas del Tottenham, en la que anotó 18 goles en 34 partidos en la Premier, le ha vuelto a situar bajo los focos futbolísticos de Inglaterra. La sequía goleadora de Rooney y la inoperancia de Heskey así lo han exigido. Ahora secunda las ofensivas del astro del Manchester y ya ha dado su primera alegría a los pross, con su gol ante Eslovenia. Después del encuentro, ya con la clasificación en el bolsillo, Defoe se sinceró: "Mi madre estaba llorando antes del partido. Estaba rodeada de toda la familia, así que me dije: 'genial, gracias, más presión sobre mí'. Tengo que hacerlo bien ahora". Y cumplió. Toca Alemania.