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Atasco en Costa de Marfil

Tres de los titulares son medio centros y nueve de los seleccionados han jugado como tal en algún momento de su carrera

Prodigios físicos que barran todo lo que pase entre su frontal y el centro del campo. Moles que hagan sentirse al rival como en el patio de colegio, cuando el niño juega contra otros dos cursos mayores. Ese es el deseo de la mayoría de clubes en la actualidad: un pivote defensivo de corte africano. Sin embargo, Costa de Marfil ha sido tan prolífica a la hora de crear este tipo de futbolistas que se ha saturado, como se demuestra en el Mundial de Sudáfrica. Hoy se baten contra Corea del Norte y necesitan algo más que un milagro para superar ronda.

Hasta nueve de sus 23 convocados se han desempeñado alguna vez en el puesto. La exuberancia física que les caracteriza, incluso, ha hecho que a muchos de ellos se les haya reconvertido al puesto de 5, pese a que sus posiciones naturales fueran otras. Ejemplo de ello es Touré Yayá, que hasta su llegada al Barça siempre había actuado como trescuartista. Sin embargo, tanto Rijkaard como Guardiola le han usado como medio centro. Incluso se ha visto obligado a hacer de defensa central en partidos trascendentales, como la final de la Liga de Campeones y en la de la Copa del año pasado. Otros caso es Romaric, que empezó como delantero. Eboué actuó de interior y Kolo Touré por toda la defensa. Ello ha provocado que la alineación marfileña esté plagada de futbolistas de corte similar, causando un atasco en las arterias de su fútbol, que ha carecido de toda fluidez en sus dos primeros partidos del Mundial, dejándoles prácticamente eliminados. En ambos encuentros han coincidido en el once inicial Touré, Tioté y Zokora, que en la selección ha tenido que retrasar su posición para dar cabida a los tres. Su puesto en la medular lo ha ocupado Eboué, certificando el embudo.

El entrenador de Costa de Marfil, Sven-Goran Eriksson, se ha encontrado con un equipo en el que varios de los mejores jugadores comparten posición y, ante este problema, ha optado por reubicar futbolistas, ajustando la táctica al equipo y no al contrario. Durante la Copa de África, Touré se encargó de ser el enganche del equipo con los delanteros. En el Mundial, ha vuelto al medio centro, dejando esa misión Eboué y Tioté, futbolistas poco dotados para ello.

Costa de Marfil es, seguramente, la selección que mayor capacidad atlética tiene en el Mundial. Sin embargo, no está siendo capaz de dar salida ni a su fortaleza ni al talento de sus futbolistas. Los Elefantes, como se les conoce, colapsan el centro del campo y no saben cómo salir de allí.

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