El gol de ébano
El delantero ghanés Asamoah Gyan acapara la producción ofensiva de su selección, que desea repetir su pase a octavos, como en Alemania 2006
Hace diez días, en las gradas del estadio Loftus Versfeld de Pretoria, un grupo de aficionados de Ghana exhibía con orgullo sus banderas y con veneración un póster de su delantero Asamoah Gyan. Como si fuera una talla de ébano llevada en volandas, la imagen del delantero africano reproducía el grito libertario del goleador que se sabe héroe y salvador de la patria. Ghana acababa de derrotar a Serbia en su debut en Sudáfrica con un gol de Gyan a tan solo cinco minutos del final del partido. A esas alturas, el currículo del punta africano ya estaba camino de las enciclopedias. Asamoah Gyan (Accra, 1985) es el emblema de un país que nació para el Mundial hace cuatro años en Alemania.
Ghana ha disputado hasta hoy seis partidos en la Copa del Mundo, en los que ha marcado seis goles. Tres de ellos han sido de Gyan. El primero fue el más rápido de Alemania 2006. Apenas habían pasado dos minutos del encuentro entre Ghana y la República Checa cuando el goleador de Accra logró su bautismo mundialista. Los dos últimos los ha conseguido en Sudáfrica, ambos desde el punto de penalti. Hasta el momento, los dos únicos goles de su selección en el campeonato.
Gyan es un nueve que juega con el tres a la espalda. Metáfora y paradoja de un espíritu forjado a contracorriente. Presiona, corre y busca el gol con la ansiedad de la huida hacia delante. Inició su carrera en el Liberty Professionals de Accra, su ciudad natal, y con apenas 19 años recaló junto a varios compatriotas en el Udinese italiano, asumiendo el desarraigo a cambio de un futuro mejor. El conjunto del Friuli lo hizo debutar en la Serie A, pero pronto lo cedió al Módena para que adquiriese experiencia.
Tras marcar un total de 15 goles en dos temporadas, regresó al Udinese, donde las lesiones comenzaron a lastrarle y a frenar su progresión. Aun así logró marcar 11 tantos y disputar 27 encuentros como titular. Hace dos años probó suerte en el Rennes, donde, tras superar otro calvario de lesiones, ha encontrado su sitio. Esta temporada ha logrado 13 tantos en 27 partidos, a tan solo cinco del máximo goleador del campeonato, el senegalés Nang, del Marsella.
Con la camiseta de su selección siempre ha tenido la suerte de cara. Debutó cuando le faltaban sólo cinco días para cumplir los 18 años. Se estrenó con las Estrellas Negras en la fase de clasificación para el Mundial de 2006. Saltó desde el banquillo a última hora del encuentro de ida de la eliminatoria preliminar contra Somalia y, en cinco minutos, se estrenó como goleador. Ha sido internacional por su país en 41 ocasiones y ha marcado 27 goles.
Esta noche en Johanesburgo, Ghana busca igualar el logro de alcanzar los octavos de final, como hizo en su debut mundialista hace cuatro años. Sobre el césped está Alemania. Pero la misión es muy superior. En las botas de Gyan recae la suerte de un país y la redención de todo un continente que se resiste a dejar huérfano su Mundial. El delantero de ébano no tiene miedo. Ha descifrado la fórmula del gol y el Jabulani suele rendirse a las voluntades inquebrantables.
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