Lorenzo, de principio a fin

No importa cómo. Puede hacerlo remontando posiciones hasta protagonizar un cuerpo a cuerpo con el primero, como en Jerez, en su primera victoria del año. Pero también desde la pole, tras una salida correctísima, y una carrera impecable, como hoy, en Silverstone. No es que el fin justifique los medios. Es que para Jorge Lorenzo no hay más que la bandera de cuadros que le indica que ha cruzado la meta primero. No importa cómo lo haga. Lo que le interesa es hacerlo. Porque se enfada si es segundo, aunque sea totalmente consciente de que su batalla prueba a prueba no es nada comparado con ganar la guerra. El Mundial le espera. Pero él nunca supo ser paciente, ni conservador. Tratará, al menos, de ser listo y no arriesgar cuando no se sepa el mejor, como hizo en Mugello.

Con sus tres victorias y sus dos segundos puestos -aún no se ha bajado del podio- Lorenzo gobierna el Mundial con mano de hierro. Dovizioso, que ayer fue segundo y que recupera también la segunda plaza de la general, está a 37 puntos. Dani Pedrosa, en teoría su gran rival por el título, está a 42. En Silverstone no pudo con el mallorquín. Trató de engancharse a él en las primeras curvas. De hecho, llegó a adelantarlo y ponerse por delante. Pero Lorenzo recuperó su posición. Y tan rápido como pudo se desembarazó de todos y cada uno de sus perseguidores, a saber, Pedrosa, De Puniet y Dovizioso. En dos vueltas ya sacaba un segundo y medio a De Puniet. Y fue ampliando su ventaja, vuelta a vuelta, con una constancia y una elegancia de manual. No hubo más carrera. Cuando sacaba más de ocho segundos al resto del grupo en el que batallaban De Puniet, Dovizioso, Hayden y hasta Spies (que se enganchó un poco más tarde y terminó subiéndose al podio), aminoró el ritmo -llegó a rodar más de un segundo más rápido que el resto-. Se relajó. Y disfrutó del paseo.

Cluzel vence, Elías salva el liderato

Anda loca la parrilla de Moto2, una categoría nueva y aún en ciernes, que concentra cada domingo de carrera a una cuarentena de pilotos de todas las formas y colores -jóvenes promesas, campeones de 125cc, ex pilotos de MotoGP y pilotos de Superbikes comparten la pista- sobre unas motos prácticamente idénticas: mismo motor y escasas diferencias en el chasis. El resultado: no hay apuesta segura , cada carrera es una historia. El líder del Mundial, Toni Elías, que mostró un dominio casi exultante en las primeras carreras del curso, a pesar de correr lastrado por unas lesiones en la mano y el tobillo, anda desaparecido desde el GP de Italia, donde terminó quinto. Hoy, en Silverstone, y tras un fin de semana calamitoso (se clasificó el decimoctavo) ha cruzado la meta en décimo lugar. Aún así, salva su liderato. Pero deberá espabilarse.

Mucho más de lo que lo hizo hoy en una carrera que finalmente ganó el francés Jules Cluzel, de 21 años, tras batallar durante prácticamente toda la carrera con Corti, que salía desde la pole y terminó en tierra a dos vueltas para el final, y con Julián Simón, que peló hasta la última curva por la victoria. Se unió a la fiesta Luthi, que terminó segundo. Y hasta el inglés Scott Redding, quien, pegado al colín de Simón, quiso dar la sorpresa en casa. Pero se quedó con las ganas. El piloto del equipo de Aspar, campeón de 125 el año pasado, que ya subió al podio en Le Mans, se ha situado en la cuarta posición de la general, a 29 puntos de Elías. Al español le marca de cerca el japonés Tomizawa, de 19 años, que fue sexto y ya está a 15 puntos de éste.

Márquez y Espargaró, en un suspiro

Marc Márquez se agarró a la victoria ayer desde la pole y no quiso desprenderse de ella. El de hoy es su segundo primer puesto en este Mundial , en una carrera tan espectacular como agónica, por la valentía de Pol Espargaró, nuevo líder del Mundial con sólo un punto más que Nico Terol -cuarto-. Márquez lideró la carrera de cabo a rabo, pero sin desembarazarse de Espargaró, un auténtico engorro para su rival, siempre pegado al colín de aquél, y preparado para sacar la navaja en el momento en que empezara vislumbrarse el final de la prueba.

Y así fue. Las dos últimas vueltas fueron de infarto. Tanto que prácticamente resulta imposible enumerar la serie de adelantamientos que brindaron uno y otro, cada cual más arriesgado que el anterior, uno por el interior, otro por fuera, uno al ganar la posición por velocidad, otro gracias a una frenada tardía. El talento les salpicó desde la cuna. Y ellos no decepcionan a tan preciado don sobre el asfalto. Aún jugándose el liderato del Mundial, el pequeño de los Espargaró probó una y otra vez a ganarle la posición al jovencísimo pupilo de Emilio Alzamora. Tanto se la jugó que, además de salvar algún que otro roce, tuvo que reconducir su máquina a falta de escasas curvas para la meta tras su último intento de adelantamiento: a punto estuvo de besar el suelo. No fue u milagro, pero sí un premio a semejante derroche de energía en la pista.

Finalmente, la tercera posición del podio fue para Bradley Smith, que corría en casa y entró en meta justo por delante de su compañero de equipo, Nico Terol. Efrén Vázquez, que peleó con ambos por la tercera plaza durante toda la prueba, cayó en la última vuelta.