Llull y Prigioni, al rescate del Madrid
Los de Messina vencen al Caja Laboral por 80 a 67 y fuerzan el cuarto partido de las semifinales
Estaba apagado el juego exterior del Real Madrid, que dominaba con escasas rentas el electrónico a menos de cuatro minutos para el final gracias a su poderío interior ante un sólido Caja Laboral. Con empate a 63 y los nervios a flor de piel, Llull y Prigioni pactaron poner fin a tal premisa y sellaron, con tres triples consecutivos, el billete para el cuarto partido de las semifinales (2-1 para los baskonistas, al mejor de cinco encuentros). Respiran los blancos (80-67): Salvan su segundo match ball en estos play offs, donde ya intuyeron la catástrofe ante el Cajasol y anoche bordeó la eliminación durante unos instantes.
Si se atiende a las estadísticas de los dos equipos a lo largo de la serie, hay un jugador que sobresale sobre el resto: Splitter. El cinco brasileño del Caja Laboral es un jugador inusual. Seducido desde hace años por los cantos de sirena procedentes de la NBA, en concreto de San Antonio Spurs (franquicia poseedora de sus derechos), resiste a abandonar la nave baskonista para liderarla con sus 25 años a sus máximas cotas. Genera juego y finaliza los esquemas como nadie... y a pleno rendimiento, las opciones de victoria baskonista se disparan.
REAL MADRID 80 - CAJA LABORAL 67
Parciales: 21-21, 16-17, 21-15, 22-14
Real Madrid: Prigioni (9), Bullock (3), Velickovic (11), Reyes (11) y Tomic (18) —equipo inicial—; Llull (17), Jaric (0), Vidal (2), Lavrinovic (9) y Garbajosa (0).
Caja Laboral: Palacio (5), Oleson (4), San Emeterio (6), Teletovic (11) y Splitter (17) —equipo inicial—; Huertas (11), Ribas (0), Eliyahu (4), English (6), Herrmann (3) y Golubovic (0).
Árbitros: Hierrezuelo, Pérez Pérez y Guirao. Sin eliminados.
IncidenciasUnos 9.300 espectadores en el Palacio de Vistalegre.
Messina, sabedor de la situación, trató de atacar al cuadro de Ivanovic castigando en defensa al pívot brasileño. De primeras, optó por dar entrada en cancha al gigante croata Tomic, cuya envergadura causó estragos en la zona visitante (10 puntos en siete minutos). Su gran arranque no le valió para permanecer en pista más tiempo para prorrogar su racha. En los planes de Messina estaba escrito desgastar a Splitter. Lavrinovic, Reyes, otra vez Tomic... todo listo para evitar que se repita el mismo guión que en los anteriores encuentros de la serie. Ayer era el partido de los interiores. Con Splitter acorralado, el perímetro vitoriano se convirtió forzosamente en la mejor alternativa de los visitantes. Teletovic, un escolta en cuerpo de pívot, mostraba el camino visitante con sus triples. Ataque interior contra ataque exterior. Al descanso, victoria por la mínima del Caja Laboral (37-38).
El toma y daca se convirtió en una máxima. Si golpeaba el Madrid por medio de la dupla balcánica Velickovic-Tomic, hacía lo propio el Caja Laboral por medio Huertas-Splitter, su pareja carioca. Pocas ventajas y muchas alternativas en el marcador de un partido trabado por el exhaustivo planteamiento de sus entrenadores. A medida que avanzaba el crono, el Madrid se iba creciendo para lograr una ligera ventaja que un triple sobre la bocina del tercer cuarto de Bullock se encargó de certificar (58-53).
Vistalegre no quería vivir otro final amargo. En los anteriores partidos de la serie, un triple errado de Bullock en el primero, y una canasta fallada en la zona por Reyes en el segundo, ambos en los últimos instantes, cercenaron las ilusiones de arrancar una victoria a domicilio en semifinales. No entraba en los planes de los de Messina otro traspiés tan doloroso, y, con empate a 63 a falta de tres minutos, Llull puso la directa con dos triples consecutivos, aderezados con otro más de Prigioni.
Ya no hubo partido. El Madrid tiene otra oportunidad, mañana, para obrar la remontada y evitar despedir prematuramente el primer año de la era Messina
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