Zigic desgarra al Espanyol
Dos goles del ariete resuelven a favor del Valencia un duelo de poco fútbol
Apareció en escena el ariete Zigic, recambio de un desatinado Villa, oportunista en el remate y quizá salvador de Emery, que le ha sometido a un ostracismo total durante el curso, pero al que sus goles bien pueden valerle una renovación para la temporada que viene. Hundió Zigic al Espanyol, sin necesidades ni sufrimientos en la tabla clasificatoria y tan atrevido sobre el césped como falto de mordiente y puntería, débil a la que el kilométrico delantero se cobró la posición en el área chica.
Como no entiende de complejos, el Espanyol atosiga en posiciones avanzadas con las dos primeras líneas en campo rival. Una apuesta arriesgada porque expone a su zaga si el adversario es habilidoso en la salida de la pelota; una artimaña de inicio pragmática ante el Valencia, con una defensa de urgencias -reconvertidos Maduro y Jordi Alba- y de poco pie para enlazar con la media porque, entre otras cosas, los medios cerraban mucho, pero pasaban poco. Hasta que Marchena dijo basta.
Espanyol 0 - Valencia 2
Espanyol: Kameni; Roncaglia, Amat, Víctor Ruiz, Dídac; Moisés Hurtado, Verdú (Marqués, m. 66); Luis García, Iván Alonso (Azrack, m. 49), Callejón (Corominas, m. 81); y Osvaldo. No utilizados: Cristian Álvarez; Pillud, Ben Sahar y David García.
Valencia: César; Miguel, Maduro, Marchena, Jordi Alba; Albelda, Fernandes, Banega; Joaquín (Pablo, m. 83), Villa (Zigic, m. 58), y Vicente (Mata, m. 86). No utilizados: Moyà; Navarro, Míchel y Víctor.
Goles: 0-1. M. 61. Zigic remata un centro de Vicente. 0-2. M. 74. Zigic, en una asistencia de Vicente.
Árbitro: Delgado Ferreiro. Amonestó a Moisés Hurtado, Roncaglia y Luis García.
Cornellà-El Prat: 30.028 espectadores.
A la que superó la presión inicial, el Valencia se asentó en campo ajeno, destapó los huecos en los pasillos interiores y pisó el área adversaria, anudados los medios con Villa, conectados los extremos al juego colectivo. Le faltó, en cualquier caso, el remate definitivo. Hasta que Zigic, como Marchena, dijo basta.
No padeció en exceso en el arranque el Espanyol, que alineó una defensa imberbe con el estreno como titular de Amat (18 años), escudero de Víctor Ruiz (21) y aliado del lateral Dídac (20). Envida con la cantera Pochettino -debutó también Azrack, primero del Chad en hacerlo en la Liga, que llegó del draft perico, una especie de casting a diversos jugadores de Sudámerica y África, preferiblemente con pasaporte-, que atiende al futuro del equipo desde la escuela juvenil y no con el billetero, desgastado y repleto de telarañas. Pretende rellenar las arcas el club con Callejón, futbolista desequilibrante, con tanto regate y movimiento como poco acierto en la definición. En Cornellà, rompió a Jordi Alba, aprovechó el espacio que generaban las subidas de Miguel y reclamó protagonismo entre las líneas. Pero mandó a las nubes su ocasión.
En el área opuesta respondió Kameni, acompasado con la presión del equipo, excepcional lejos de la portería, libre por detrás de la defensa y sacrificado en el corte. Poco peligro porque los tres mediocentros del Valencia negaron la posibilidad a las segundas jugadas y las llegadas desde atrás. Dos lagunas que rebajaron su ofensiva. Hasta que Vicente, como Marchena y Zigic, dijo basta.
Marchena rompió la presión con un pase largo a la carrera de Vicente, que, en la línea de fondo y de primeras, centró al área pequeña, donde se presentó Zigic para rematar a gol. Adiós al Espanyol, que recibió otro tanto bien similar, también centrado por Vicente y perfectamente culminado por Zigic.
El Espanyol dio por buena la intentona y Emery, resoplido tremendo, se lo agradeció a Zigic, su último recurso.
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