El Málaga juega con fuego
El equipo andaluz pincha de nuevo, ya roza el descenso y afronta un calendario temible
La Rosaleda se ha convertido en un campo en el que cualquiera puede pescar, no importa su situación ni sus pesares, desde el colista al peor equipo en la segunda vuelta enmarañado en una racha nefasta, que era el Sporting. El Málaga es incapaz de imponer cierta autoridad en su estadio y, a estas alturas de la temporada, la factura comienza a ser ya demasiado pesada para sus haberes.
El equipo de Juan Ramón López Muñiz se conjura ante el Sporting, con la grada por primera vez llena en lo que va de temporada y ni por esas fue capaz de doblegar a un rival soso, sin la más mínima intención de jugar y con la única premisa de encontrarse con algo en ataque.
El conjunto andaluz lo intentó. Encaró el partido con toda la determinación y no dejó de empujar hacia su portera al equipo de Preciado con firmeza y convencimiento. Tuvo ocasiones para firmar una goleada, pero se dejó el gol en las botas y no consiguió llevar la iniciativa en el marcador y desatornillar a un rival apostado atrás.
Málaga 1 - Sporting 1
Málaga: Muna; Jesús Gómez, Iván González, Juanito, Mtiliga (Luque, m. 61); Fernando (Obinha, m. 46), Toribio, Apoo (Caicedo, m. 66), Duda; Benachour y Baha. No utilizados: Arnau, Orozco, Valdo, Edu Ramos y Manu Torres.
Sporting: Juan Pablo; Lora (Bilic, m. 83), Bota, Gregory, José Ángel; Sastre, Camacho, Rivera, Diego Castro (Carmelo, m. 74), Morán (De las Cuevas, m. 76); y Barral. No utilizados: Cuéllar, Iván Hernández, Kike Mateo, Pedro y Lola.
Goles: 0-1, M. 43: Diego Camacho cabecea un saque de esquina. 1-1, M. 79: Caicedo aprovecha un balón suelto en el área.
Árbitro: Iturralde González (Colegio Vasco). Mostró cartulinas amarillas a Jesús Gómez (32), Apoo (50), Caicedo (86) y Juanito (87) por el Málaga, y a Bota (32), Morán (51), De las Cuevas (55), Barral (61), Lora (70), Sastre (85), Juan Pablo (87) y Carmelo (89) por el Sporting. Incidencias: Lleno absoluto con 29.000 espectadores en La Rosaleda.
La falta de acierto fue la gran desgracia del equipo de Muñiz, que no lo consiguió hasta el final, cuando acuda a la desesperada a por algo productivo y ya contaba con tres delanteros en el campo. Ya parecía que los tres puntos se los llevaba el Sporting tras su gol antes del descanso. Mientras que al equipo asturiano le bastó con encontrar cierta relajación en una jugada aislada, al Málaga sigue costándole esfuerzos descomunales conseguir ver puerta.
La Primera División se ciñe a las matemáticas, nunca a las derrotas honrosas ante los grandes y a las buenas actuaciones sin fruto. El equipo blanquiazul acumula muchas de esas en esta campaña y el honor no es, de momento, el que te mantiene arriba o te arrastra a la categoría de plata. Pero el club de Martiricos no está a la altura frente a quienes tienen que estarlo, los equipos que se están jugando los cuartos para no descender, y en esos duelos el Málaga se ha dejado muchos puntos en el camino.
El Málaga arrastra una temporada cargada de claroscuros, con una intermitencia que le ha llevado al calvario final, con la capacidad para darlo todo, no obtener resultado y acabar enrocado en el más profundo hastío. El problema es que los papeles memorables los ha derrochado en las afrentas imposibles, ante los grandes, dejando la incapacidad para sus semejantes.
El pinchazo deja al Málaga en una situación muy comprometida. Ahora se encuentra más hundido que nunca, empatado con los puestos de descenso, y tiene que jugarse los cuartos visitando al Athletic y al Getafe y recibiendo al Real Madrid en la última jornada, casi nada.
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