Casillas: "Parejo hizo lo que tenía que hacer"
El portero del Real Madrid recalca que los dos jugadores lucharon por el balón y que la jugada fue legal
Iker Casillas dejó enfriar las emociones durante un acto organizado por la cervecera Mahou. Sentado en un taburete, ante un botellín, estuvo a punto de pedirle disculpas a Daniel Parejo por no dejar que celebrara su gol en paz durante el Getafe-Madrid disputado el jueves. "En el fútbol hay momentos de calentura", dijo el portero del Madrid. "No hay nada que reprochar a Parejo por el gol que nos hizo. Parejo no tiene la culpa de nada. Los dos chocamos cuando luchábamos por el balón , fue una jugada fortuita, y él me lo rebañó muy bien. Si el árbitro no pita nada, está claro que él debe meter ese gol. Es un chaval majísimo y cumplió con su obligación".
Se agotaba el primer tiempo en Getafe, el jueves, y el Madrid ganaba por 0-4 cuando Casillas salió a interceptar un balón fuera del área. Ante la indolencia de la defensa blanca, Parejo llegó junto con el portero y los dos jugadores trabaron los tobillos. El tobillo izquierdo de Casillas quedó atrapado bajo la pierna del media punta, que salió mejor parado del choque, se llevó el balón y lo depositó en la red. Al ver que le metían un gol, Casillas se incorporó, ignoró las disculpas de Parejo y protestó airadamente al árbitro, Fernández Borbalán, por no pitar lo que él entendió como una falta. Un día después, Casillas admitió que no tenía razón. "No hablo de deslealtad", dijo. "La jugada no tuvo importancia. Para eso están las normas. Y el gol fue legal".
El debate no lo activó Casillas sino Manuel Pellegrini, el entrenador del Madrid. Hombre de emociones subterráneas, Pellegrini dejó que aflorara su indignación después del partido cuando formuló una sentencia de carácter moral. "El gol de Parejo fue muy desleal", declaró el chileno. "Fue perfectamente evitable. No creo que ninguno de los jugadores del Getafe se sienta orgulloso. No me gustaría que mis futbolistas hicieran un gol así".
La rotundidad de Pellegrini en un asunto tan poco nítido resultó extraña en un hombre que nunca se ha manifestado con tanta rotundidad respecto a nada. Hace sólo unos días Pellegrini tuvo ocasión de emitir otro juicio moral cuando Van der Vaart empató ante el Sporting (1-1) ayudándose con las dos manos para controlar un balón. Sin embargo, entonces el técnico prefirió no decir nada.
En Getafe, Pellegrini se mostró implacable con Parejo. Pero ni los propios jugadores del Madrid se mostraron más comprensivos con Pellegrini que con Parejo. El primero en admitir que el gol fue lícito desde todos los puntos de vista fue Granero. "La jugada fue muy rápida y a Parejo no le da tiempo a verificar que Casillas está tendido en la hierba lesionado", dijo el madridista.
Durante unos minutos, el partido se suspendió a la espera de que los médicos del Madrid revisaran a Casillas. El portero hizo gestos de dolor. Pero, tras observarlo, el doctor Juan Carlos Hernández hizo una señal a Pellegrini. Algo así como: "No te preocupes que no tiene nada".
El asunto del gol de Parejo inspiró reflexiones sobre el código deontológico del fútbol. Las preguntas sobre si el gol fue ético o no se reprodujeron por todo Madrid. En Valdebebas, Xabi Alonso prefirió no decir nada por no contradecir a su entrenador. En el Cerro del Espino, Diego Forlán, el punta del Atlético, se remitió al árbitro: "No son los jugadores los que tienen que decidir si es lícito o es ilícito hacer un gol. Esa es una función del árbitro. Parejo no puede saber que Casillas está lesionado y van a ir los médicos a atenderlo. Lo mejor es que el árbitro pare la jugada".
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