Unicaja, con un pie fuera de Europa

Sólo una carambola histórica puede salvar a Unicaja de su particular annus horribilis. El conjunto de Aíto García Reneses cayó en Lituania ante el Zalguiris, por 89 a 84, y se complica sus opciones de acceder a los cuartos de final de la Euroliga. Para lograrlo, deberá vencer al CSKA en Málaga y al Asseco Prokom en Polonia (remontando además los averages adversos) y esperar que uno de esos dos equipos no gane ninguno de los dos partidos que le restan. En definitiva, una carambola antológica para una plantilla, la andaluza, a la que no le sale nada.

El Unicaja acudió a Kaunas tras perderse la Copa del Rey, que sustituyó con diez días de concentración en Estepona, con la obligación de salvar la temporada en la Euroliga, la única competición en la que tenían opciones. Enfrente, un Zalguiris desahuciado, sin opciones para clasificarse a la siguiente fase, parecía un rival propicio para redimirse. Las apariencias resultaron equívocas. Sobre el parqué los lituanos comenzaron imponiendo su autoridad con un parcial de 8-0 en los primeros compases y abrieron las primeras rentas serias entre ambos conjuntos, que llegaron a ser de hasta 13 puntos de diferencia (39-26, minuto 13). Unicaja, a rebufo durante los dos primeros cuartos, pagó caro sus limitaciones ofensivas y sufrió el castigo de la artillería báltica desde el perímetro, comandada. Salenga (17 puntos) y, especialmente, Pocius (13 tantos al descanso y 17 al final).

Con un 50-41 arrancó el tercer cuarto, y con ella el Unicaja comenzó a carburar poco a poco. La aportación de los pívots andaluces, Archibald y Freeland, y la capacidad anotadora de Zabian Dowdell estrecharon las diferencias a tan sólo tres puntos (68-65) al término del cuarto. El Zalguiris, errático, cedió

Cuando Unicaja consiguió lo más complicado y remontó el partido (76-79, minuto 36), volvió la anarquía y el miedo a ganar a unos jugadores, los malagueños, necesitados de un referente ofensivo. El Zalguiris, por contra, lo encontraron en Dainius Salenga.

Con todo por decidir a falta de un minuto para la conclusión, una falta antideportiva a Archibald parecía acercar a los visitantes al triunfo. Pero tras anotar sus dos tiros libres, que supusieron el empate a 84, el equipo se nubló. Unicaja fue incapaz de hilar un sólo ataque coherente, y preso de los nervios, de las pérdidas de balón y la precipitación, acabó cediendo ante el Zalguiris que certificó su victoria desde los tiros libres con el definitivo 89-84.

Con la derrota, Unicaja continúa tercero del Grupo G del Top 16, pero a dos victorias del CSKA y del Asseco Prokom. Y con remotas opciones de alcanzarles. Al menos, les queda el consuelo de recuperar para la causa a Saúl Blanco y Joseph Gomis, lesionados durante meses.