Coraje de bronce
La eslovena Petra Majdic, tercera en el 'sprint' de esquí de fondo pese a caer y tener que ir al hospital
Petra Majdic es la esquiadora de fondo más rápida y desde ayer la de más coraje. Ganó la medalla de bronce del sprint de 1,2 kilómetros tras tener que ir al hospital después de la primera carrera. Se recuperó para no perder el podio olímpico. Una medalla de coraje.
Llegaba a Vancouver como la gran favorita, pero a primera hora, mientras se entrenaba, cayó en una curva y se dio un tremendo golpe que pareció haberle dañado alguna costilla o la espalda. Aun así, salió dolorida en la primera serie de clasificación y logró pasar a cuartos de final, aunque sólo pudo ser 19ª de las 30 plazas. Cedió casi 10 segundos a la que luego ganaría el oro, la noruega Marit Bjoergen y nada más cruzar la meta cayó derrumbada. Tuvo que ser auxiliada y trasladada al hospital. Allí, los médicos no le encontraron fracturas en los exámenes radiológicos y le permitieron volver a competir. Asombrosamente, ganó la cuarta serie de cuartos, en la que dejó fuera incluso a una de las favoritas, la finlandesa Aino-Kaisa Saarinen, y se plantó en semifinales. En ellas, también ya disputadas en tandas de seis esquiadoras y con sólo las dos primeras clasificadas directamente, pudo pasar a la final como la última repescada. Sólo fue cuarta en la suya. Parecía el final de su esfuerzo titánico.
Bjoergen y la polaca Justyna Kowalcyk, que salió por los pelos de un turbio asunto de dopaje hace cinco años, eran ya intratables y habían ganado las dos semifinales. El oro y la plata tenían que ser suyos. Pero el increible bronce fue para Madjic. Esta vez la desmayada fue la sueca Anna Olsson, cuarta, que no pudo con la brava eslovena, militar de profesión.
Bjoergren alcanzó así el oro como una gran revancha. En la primera prueba de 10 kilómetros, donde sí era la máxima favorita, sólo fue bronce y sufrió toda una humillación nacional porque ganó el oro la sueca Charlotte Kalla, algo sonado en la rivalidad nórdica.
Carrera masculina
En hombres, sobre 1,4 kilómetros, la enorme emoción fue rusa al final, pues se necesitó la foto de llegada para decidir que Nikita Kriukov vencía a Alexander Panzhinskiy, ambos con el mismo tiempo. Para el bronce, muy lejos, a más de nueve segundos, apareció al fin el noruego Petter Northug, considerado el sucesor del legendario Bjor Daehlie, el máximo medallista olímpico, pero que se hundió estrepitosamente en los 15 kilómetros del primer día hasta caer al puesto 41.
El sprint en esquí de fondo parece una contradicción, pero las pruebas cortas han animado una modalidad impresionante en las distancias largas, pero que había ido cayendo en la monotonía. La introducción de pruebas largas con salida en grupo, o la alternativa del estilo de patinador, no sólo el clásico con los esquíes paralelos, ya fue un cambio sustancial. Pero los sprints, posibles de organizar en circuitos pequeños, incluso urbanos, aunque para los clásicos nórdicos han desnaturalizado el "serio" pasado, han sido todo un éxito general. Y ayer fue otro ejemplo.
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