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EUROPEO DE BALONMANO

España da la cara

La selección reacciona, supera a Alemania y salva el primer match-ball en sus aspiraciones de semifinales

Fue un accidente. Lo que le ocurrió al equipo español de balonmano en su primer partido de la segunda fase ante Polonia no fue más que un mal paso, un momento deplorable, pero nada más que eso. Ayer, la selección de Valero Rivera recuperó el tono demostrado en los tres primeros partidos y salvó el primer match-ball en su camino hacia las semifinales. Ganó a Alemania por mostrándose de nuevo un equipo y olvidándose de los personalismos. Ahora, España suma cinco puntos y sigue manteniendo sus opciones de entrar en las semifinales, pero debe esperar que los demás resultados le acompañen.

Una sensación de rabia contenida se traslucía en los jugadores españoles antes del inicio del partido contra los alemanes. Querían demostrar a todo el mundo que no eran tan malos, que lo ocurrido ante Polonia fue un simple bajón. Salieron a la pista con una motivación extra y habiendo recuperado la confianza en si mismos. Se asentaron en una defensa en 6-0 que resultó contundente, agresiva y presionante. Y, uno tras otro, fueron parando todos los intentos del ataque alemán, tanto en los seis como en los nueve metros. Allí no había huecos. Y Hombrados, bien defendido, pudo dar muestras de su calidad.

España 25 - Alemania 20

España: Hombrados (Sierra), A. Entrerríos (4), Tomás (6), R. Entrerríos (3), Aguinagalde (3), Juanín (4, 2 de penalti), Malmagro (3) -siete inicial-. Gurbindo, Garabaya, Prieto, Ugalde, Iker (1), Chema, Mikel y Morros. Exclusiones: Prieto, Prieto, Iker, Garabaya, A. Entrerríos.

Alemania: Bitter (Heinevetter), Roggisch, Glandorf (2), Jansen (4, 2 de p.), Kraus (3), Schone, Haas (1) -siete inicial-. Gensheimer (5, 2p ), Muller (1), Strobel, Theuerkauf, Christophersen (1), Spath, Sprenger (1), Kaufmann (2) y Schroder. Exclusiones: Roggish, Muller, Roggisch, Haas.

Marcador cada cinco minutos: 3-1, 5-2, 7-3, 10-6, 13-8, 14-9 (descanso). 17-11, 19-13, 20-14, 22-15, 23-17, 25-20.

Árbitros: Nikolic y Stojkovic, Serbia. Unos 4.500 espectadores en el Olympiahalle de Innsbruck

Aplicando una de las tesis fundamentales de Valero Rivera -"un gran equipo debe sustentarse en la portería y la defensa-, España encontró de nuevo el equilibrio y el ataque volvió a funcionar. La defensa concedió la confianza que había faltado ante Polonia. Raúl, en el centro, supo mover el balón con rapidez, dar agilidad al equipo y crear desajustes letales en la defensa alemana. Esta vez el equipo no se entestó en buscar sólo el pivote. Las circulaciones concluían muchas veces con pases al extremo, desde donde Tomás acribilló una y otra vez a Bitter. Y estas situaciones obligaron a los alemanes a abrirse más, dejando más espacios para el trabajo del pivote y de los lanzadores.

España recuperó la sensación de ser un equipo. Pudieron volver a sacar pecho. Pero les queda otra final el jueves frente a Eslovenia, para demostrar que siguen en la buena línea. Después, la clasificación llegará a o no. Al menos se han asegurado la disputa de la quinta plaza.

Francia, por su parte, siguió sin desplegar su mejor juego, pero consiguió sumar otros dos puntos frente a Eslovenia. Ganó por 37-28, tras un primer tiempo dubitativo. Lleva siete puntos y tiene prácticamente un pie en las semifinales. Su último partido de esta fase, frente a Polonia el jueves, determinará su posición final en el grupo.

La defensa española, durante el partido
La defensa española, durante el partidoREUTERS

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