Una consultora buscará comprador para Mestalla

"¿Enfermo?", responde como con la voz tomada un directivo del Valencia al otro lado del teléfono. "No, no estoy enfermo. Pero me estoy poniendo malo de ver los números", añade medio en broma, medio en serio. Cuadrar las cuentas se ha vuelto un arte en el club de Mestalla. Pero es el gran objetivo de los nuevos gestores de la entidad, al margen de los resultados deportivos. Y en ello están. El Valencia hizo oficial ayer el acuerdo alcanzado con la consultora CB Richard Ellis, que a partir de ahora actuará como intermediaria en la venta de las parcelas del viejo Mestalla. En el comunicado oficial, el consejo manifestaba su "satisfacción por el acuerdo y la vinculación con tan prestigiosa compañía".

Una tasación reciente valora los terrenos del viejo Mestalla en 270 millones de euros

"Muchos han tratado de marear. Todos tenían un comprador", dicen en el club

El club hizo pública esta gestión, aprobada en la reunión del consejo de administración del pasado martes, tras la firma del acuerdo, en la mañana de ayer. Richard Ellis tiene pues la exclusividad en las gestiones para la venta del solar que actualmente ocupa el estadio, recalificado ya como urbanizable. La consultora internacional, que se llevará una comisión cercana al 1% ?aunque ésta será progresiva en función de lo que termine percibiendo el club? será la encargada de buscar un comprador hasta junio del año próximo, periodo por el que se le otorga el encargo. La operación se ha llevado a término con el impulso de Bancaja, principal acreedora del Valencia, que le adeuda unos 260 millones de euros.

Cuando la empresa tenga una oferta interesante deberá plantearla a una comisión que se creará al efecto y en la que habrá, además de técnicos especializados y representantes del Valencia, también algún representante del Ayuntamiento de la ciudad, que hizo posible la recalificación y de quien depende la reparcelación de los terrenos. Una vez esa comisión haya dado el visto bueno, la propuesta deberá ser aprobada por el consejo de administración del club. La entidad tiene una tasación, realizada por la sociedad Tinsa unos meses atrás, que valora esos terrenos en unos 270 millones.

"De este modo evitamos que nadie nos intoxique con ofertas de poca consistencia como ocurrió con los ex presidentes Juan Soler o Vicente Soriano", señala una fuente del club. "Ha habido mucha gente mareando con este tema. Todos tenían un comprador", se lamenta.

Desde que en septiembre de 2007 ninguna inmobiliaria acudiera a la subasta de la primera parcela en que el club presidido entonces por Juan Soler dividió el solar, nadie ha sido capaz de encontrar un comprador. Aquel día, Soler se jugó su dinero y su credibilidad como promotor al comprometerse a pagar 90 millones por una futura torre en la que construiría pisos de lujo. A 4.800 euros el metro cuadrado. Pero la crisis empezaba a hacer mella. Ya nadie pagaría esos precios. Aún así, primero Soler y luego Soriano, se empeñaron en sacar 400 y hasta 500 millones, como prometió el segundo, de esos terrenos. Promesas. Quimeras, más bien.

Más de dos años después, el Valencia aún no ha vendido esos terrenos. Pero, además, ha tenido que paralizar sine die las obras de construcción del nuevo estadio, pues debe a la UTE casi 50 millones. Y está a expensas de alcanzar un acuerdo con ésta para el pago de ese dinero y para que, asimismo, se reinicien los trabajos y se finalice el campo.

Pero, aún hay más: el club debe también acordar con Soler el modo de recuperar aquella torre que el ex dueño del Valencia dijo que compraría y por la que ya pagó más de 13 millones. Todo se complica porque la empresa con la que hizo esas gestiones puede entrar en concurso de acreedores. Si bien, en las oficinas de Mestalla tratan de ser lo más positivos que sea posible: "La torre se recuperará y se le pagará a Soler como sea. Sólo debemos llegar a un acuerdo". Es necesario mientras la intención del club sea vender el solar a un único comprador.

Fernandes, frustrado

El mediocentro del Valencia, Manuel Fernandes, que volvió a la actividad el miércoles al disputar unos minutos contra el Lille tras casi ocho meses sin jugar, declaró haberse sentido "frustrado". "No me desesperé, pero sí que estaba decepcionado", declaró. El jugador entiende, resignado, lo complicado que será para él entrar ahora en el equipo, cuya competitividad destacó. "Estoy intentando coger físico", dijo, aunque sabe que por más que entrene lo que necesitará serán minutos: "Voy a intentar ganarme un puesto". El portugués, que sufrió una fractura de peroné el abril pasado, ha encadenado diversos problemas físicos tras la lesión.