Davydenko, maestro de maestros
El ruso se impone en Londres tras vencer a todos los ganadores de un grande en 2009
Nicolay Davydenko ha ganado a Juan Martín del Potro la final de la Copa de Maestros (6-3 y 6-4). No es una victoria cualquiera. Para el ruso supone su primer gran título, 1,5 millones de dólares y la confirmación de su espléndido final de curso, impulsado por su terrible inicio: en una semana venció a Roger Federer, el número uno del mundo; a Rafael Nadal, el dos; y a Juan Martín del Potro, el cinco. Son los tres hombres que se han repartido los cuatro grandes de este curso. Todos se han inclinado ante el veloz juego de Davyednko, que llegó a la última cita del curso pleno de energías tras perderse los tres primeros meses de la temporada por lesión. Casi nada.
El ruso, un tenista liviano, juega con patines. Ligero de piernas, pronto encontró en esa ventaja su mayor defecto: la falta de músculo le impedía competir en potencia contra los mejores. Hace años que Davyednko encontró solución para esa tara, un lustro desde que se instaló solidamente como top 10 a finales de cada temporada. El número siete del mundo juega aprovechando las inercias generadas por su juego. Saca en dos tiempos, haciendo palanca con la espalda, que inclina peligrosamente en busca de fuerza. Pega siempre con violentos movimientos de cadera, golpeo rotatorio, que le dicen, para ponerle a sus golpes pimienta extra. Y volea de manera extraña, a dos manos con el revés, un tiro para el que no hay escuela. Nacen de esos conceptos derechas cruzadas como cuchillos y pelotas siempre veloces, atacadas antes de llegar al final del bote, el manual del juego agresivo.
Davydenko se irá ahora de vacaciones a las Islas Maldivas, su refugio al final de cada temporada. El ruso viajará junto a su esposa y una pregunta: ¿qué hubiera pasado si no se hubiera perdido por lesión el Abierto de Australia y los tres primeros meses del año?
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