Nilmar desnuda a Inglaterra
La perseverancia de Brasil se impone a la desnaturalizada selección de Capello
A Brasil siempre le sobraron delanteros y ni siquiera Dunga ha podido acabar con ellos. Mientras se rehabilitan Ronaldo y Adriano con la esperanza de llegar finos y esbeltos al Mundial de Suráfrica, Luis Fabiano pisa fuerte en la seleção y Nilmar compró ayer en Qatar su billete mundialista. El delantero del Villarreal fue el más brasileño de Brasil, si es que eso es una ventaja con Dunga en el banquillo, mientras que en Inglaterra nadie pareció realmente inglés: ni sombra de la determinación y el coraje que ha caracterizado tradicionalmente a los inventores del fútbol.
En dos años en el cargo, Capello ha desnaturalizado a Inglaterra. Ya no es aquel equipo impulsivo y directo, un punto inocente, pero siempre atractivo por sus defectos o por sus virtudes. Ahora es un conjunto táctico hasta las cejas, con diez tipos casi siempre por detrás del balón, aburrido hasta la extenuación. Capello aprovechó el erial con el que se encontró tras el patético paso de sus dos antecesores en la federación inglesa, Sven-Goran Eriksson y Steve McLaren, y lo convirtió en una máquina de obtener resultados hasta conseguir llegar al Mundial de Suráfrica de un tirón. Eso parece justificarlo todo, siempre y cuando los resultados en la Copa del Mundo sigan por el mismo camino. Algo muy improbable si Inglaterra juega como ayer en Doha ante la pentacampeona del mundo.
BRASIL 1 - INGLATERRA 0
Brasil: Julio César; Maicon, Thiago Silva, Lucio, Michel Bastos; Gilberto Silva, Felipe Melo, Elano (m.63, Daniel Alves), Kaká (m.80 Julio Baptista); Nilmar (m.80, Carlos Eduardo) y Luis Fabiano (m.66, Givanildo Hulk). Seleccionador: Dunga.
Inglaterra: Ben Foster, Wes Brown, Mathew Upson, Joleon Lescott, Wayne Bridge; Jermaine Jenas, James Milner (m.86, Ashley Young), Shaun Wright-Phillips (m.80, Peter Crouch), Gareth Barry (m.80, Tom Huddlestone); Wayne Rooney y Darren Bent (m.54, Defoe).
Seleccionador: Fabio Capello.
Goles:<7b> 1-0, m.46: Nilmar.
Árbitro: El qatarí Abdou Abdurahmán. Mostró cartulina amarilla al portero inglés Ben Foster.
Incidencias: encuentro de preparación para el Mundial Sudáfrica 2010 disputado en el Khalifa International Stadium (Doha) ante unos 45.000 espectadores.
La coartada de Capello era que actuaba con el equipo b, teniendo en cuenta la amplia nómina de bajas por lesión: Ferdinand, Terry, Gerrard y Lampard, entre otros. Pero ni así se explica la soledad a la que sometió a Rooney, que estrenaba capitanía. Ni el fracaso en la dirección de Barry, ese mediocentro zurdo por el que se encaprichó Benítez y que, tras no poder ficharlo, acabó propiciando indirectamente la marcha de Xabi Alonso del Liverpool.
Un par de cambios de ritmo del veloz Nilmar fue lo único que animó una primera parte mortífera en la que Kaká acabó contagiado de la grisura general. Hasta Luis Fabiano daba pena. Sin un mal centro que echarse a la boca, añorando a los extremos del Sevilla. Por último, a los despropósitos se unió el árbitro, un tal Abdalrahman, que pasó por alto una embestida de Tiago Silva a Rooney en la frontal del área. Era lo más peligroso que había hecho Inglaterra.
Con la novedad de Michel Bastos, lateral izquierdo del Lyon, Dunga sí dispuso del once titular, muy parecido al que ganó la Copa Confederaciones en verano. Igual de anodino y de precavido. Sin esa alegría que retrató siempre a los laterales brasileños. Ni la frescura de sus volantes. Sin la fluidez en la circulación del balón, pero sí con un dominio a los puntos en todas las líneas. Ligeramente mejor en la defensa, el centro del campo y el ataque, Brasil acabó ganando por perseverancia, el rasgo que marcó la carrera como mediocentro de su seleccionador.
Brasil subió una marcha tras el descanso. Lo necesario para desnudar a la vulnerable defensa inglesa. Bastó un centro de Elano al interior del área para que Nilmar se filtrara entre el lateral Brown y el central Lescott y cabeceara de primeras al palo más alejado de Foster. Todo el andamiaje táctico de Capello, por los suelos por el error de sus dos defensores. El lateral del United completó una tarde aciaga poco después, cuando cedió con el pecho el balón a Foster. Se quedó corto y Nilmar volvió a robarle la cartera. Lo derribó el joven meta inglés y el penalti se dispuso a lanzarlo Luis Fabiano, que ya siente los galones en la canarinha. Pero el delantero sevillista atacó el balón tan relajado que lo envió varios metros sobre el larguero. Y se le escapó una sonrisa pensando en que menos mal que se trataba de un amistoso que ya estaba encarrilado.
Poco después, Luis Fabiano recibió un golpe en la cabeza y abandonó en camilla el campo ante la posibilidad de que se tratara de una lesión. Entró Hulk, el potente delantero del Oporto, aunque la mejor acción de ataque la protagonizó Lucio, el inefable central del Inter: un zurdazo desde fuera del área al poste derecho de Foster. En su primer envite como entrenador frente a Brasil, Capello no encontró consuelo ni en el resultado. Dunga es tan resultadista como él y disfruta de mejores futbolistas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.