Contra viento y marea, Pedro
El extremo azulgrana resuelve con dos goles ante el Mallorca un partido dominado por el mal tiempo y el escaso juego
Aseguran los jugadores que no hay peor enemigo en el fútbol que el viento, y esta noche el aire de poniente alcanzó velocidades de unos 20 km/h en un frío Camp Nou. A los centrocampistas más exquisitos y a los delanteros pusilánimes siempre les ha incomodado el viento porque dificulta el toque y la elaboración y a cambio favorece los golpes de suerte, las jugadas afortunadas, los goles olímpicos. Algo tuvo que ver seguramente el aire en el once titular presentado por Guardiola, dispuesto finalmente a alterar la rutina de un equipo acusado últimamente de ser excesivamente previsible y reiterativo.
Formaron los azulgrana sin Alves, ni Xavi, ni Iniesta ni Messi y por contra salieron Keita, Touré y Busquets. Nada de cambios graduales sino que se imponía un equipo físico y directo desde Valdés hasta Ibrahimovic. Tito Vilanova calificó el plan como la táctica del desgaste, parecida a la utilizada en Getafe. Había que exigir al Mallorca y madurar el partido para decidir en caso de necesidad con los jugadores del banquillo.
Barcelona, 4; Mallorca, 2
Barcelona:Valdés; Puyol, Piqué, Chigrinski, Abidal; Busquets (Xavi m. 60), Touré, S. Keita; Pedro (Messi, m. 50), Ibrahimovic y Henry (Iniesta, m. 81). No utilizados: Pinto; Alves, Maxwell y Bojan.
Mallorca: Aouate; Josemi, Nunes, Ramis, Ayoze; Varela, Mario Suárez (A. Keita, m. 72), Martí, Tuni (Castro, m. 58); Borja Valero; y Webó (Víctor, m. 81). No utilizados: Lux; Mattioni, Rubén y Álvarez.
Goles: 1-0. M. 11. Pedro, tras asistencia de Ibrahimovic. 1-1. M. 19 Nunes cabecea un córner de Martí. M. 40. Pedro remacha después de tres paradas de Aouate. 3-1. M. 43. Henry remacha un cabezazo de Busquets. 4-1. M. 86. Messi transforma un penalti de Josemi a Ibrahimovic. 4-2. M. 92. A. Keita, de tiro ajustado.
Árbitro: Turienzo Álvarez. Amonestó a Borja Valero, Varela y S. Keita.
77.491 espectadores en el Camp Nou.
No hizo falta porque Ibrahimovic es un futbolista universal, tan acostumbrado al frío como al calor, y porque Pedro está resultando un delantero infalible, con independencia del adversario y también del tiempo, acostumbrado a imponerse en las situaciones más exigentes. A ambos les trae al pairo si llueve o hace sol. El sueco habilitó al tinerfeño con un taconazo escalofriante y el extremo cruzó la pelota con la zurda (1-0). Pedro repitió después con la derecha en una jugada eléctrica por los tres remates consecutivos que rechazó Aouate antes de tomar el tiro definitivo del canario (2-1). Y antes de alcanzar el descanso, Pedro botó una falta para la cabeza de Busquets y su asistencia fue remachada también con la testa por Henry, que se estrenaba por fin como goleador en un momento muy oportuno para el equipo, irreconocible en la cancha (3-1).
Aunque el marcador anunciaba lo contrario, no fue fácil tragar con el primer acto del encuentro, ni con el segundo, más que nada porque costó identificar al Barça. A falta de medios y volantes, jugar a favor de marcador desde el inicio tuvo poco efecto sobre el partido, muy alborotado, repleto de fallos, necesitado de pausa. Al Mallorca le llevó poco tiempo empatar por las concesiones defensivas del Barça. No mezclaban bien Piqué, Chigrinski y Touré, para desespero de Valdés, que ya le había sacado un remate a Webó después de un error de Piqué antes de que Nunes firmara el 1-1.
Rebajado desde la alineación, el Barça chocaba contra el viento y contra el Mallorca, incapaz de generar juego y en cambio especialmente efectivo en la portería mallorquina. No había tacto ni sutileza en el juego, siempre impreciso y confuso, tres y cuatro toques en cada jugada. El paisaje ideal para Pedro, no porque sea mal futbolista sino porque no precisa combinar ni regatear para marcar. Le alcanza con la llegada y con el remate para resolver los partidos. Un tipo con gol que le ha venido estupendamente bien al Barça desde el verano.
Pedro ha dejado siete goles en partidos muy diferentes, circunstancias opuestas, torneos distintos y con rivales que no se parecen en nada. Ha sido el hilo conductor. Nadie conoce a Pedro en el bando contrario y por tanto su capacidad de sorpresa funciona como revulsivo. Los técnicos estudian la marca a Xavi, cómo tapar a Iniesta y se aplican en el dos contra uno con Messi. No hay día que no se hable del dispositivo del entrenador visitante. Que si Hugo, que si Berdiev, que si Mourinho. No hay antídoto, sin embargo, para Pedro, que se retiró como un héroe, sustituido con todos los honores por Messi.
Ni La Pulga, ni Xavi, ni Iniesta le robaron el protagonismo a Pedro, punto y a parte de un árido partido. La hinchada pasó un mal rato por el frío y el viento y por el fútbol escaso de su equipo, generoso, por otra parte, en el esfuerzo y la pelea contra los elementos. A falta de juego colectivo, el partido quedó a merced de las individualidades, de los aplausos a Pedro, de los siseos para Cigrinski y de la aclamación para que Messi transformara el primer penalti a favor en la Liga cometido sobre Ibra. A la espera de tiempos mejores -el Mallorca dejó un segundo gol como epílogo-, contra viento y marea, se impone Pedro.
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