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EUROPA LEAGUE | LAZIO 2 - VILLARREAL 1

Contradictorio Villarreal

El Villarreal cae en el último minuto ante un Lazio en desventaja

Una vez más, y van demasiadas, perdió el Villarreal. Esta vez ante el Lazio y en el último minuto, para más dolor. Y lo hizo de manera extraña, como viene siendo habitual desde el inicio de temporada. Sensaciones contradictorias trasmitió el equipo de Valverde, que concedió tanto como otorgó. Contó con innumerables ocasiones de gol. Las mismas que le crearon. Senna se quedó ante Bizarri en el último suspiro. No marcó. Sí lo hizo en la acción siguiente Rocchi para el Lazio, que jugó 20 minutos con uno menos por la expulsión de Matuzalem. A Valverde le quedan pocas coartadas.

Los fantasmas asomaron pronto. Nilmar ganó la espalda a su defensor y se plantó solo ante Bizarri. Una jugada calcada a la que tuvo cuatro días antes ante el Xerez. El desenlace fue el mismo, su suave toque no encontró portería. La ansiedad del Villarreal en este comienzo de temporada se ve amplificada en los delanteros, obsesionados con el gol que no llega. Tanto Nilmar como Rossi tendrán que ajustar las miras, mejorar en la definición. Salir de la situación en que se encuentra el Villarreal depende en gran medida de los goles esperados del italiano y el brasileño.

Lazio 2 - Villarreal 1

Lazio: Bizzarri, Lichtsteiner, Caribari, Radu, Kolarov, Dabo (m.46 Diakhite), Baronio, Matuzalem, Foggia (m.76 Rocchi) , Cruz (m. 72 Mauri) y Zárate.

Villarreal: Diego López, Angel, Gonzalo, Marcano, Capdevila, Pires, Marcos Senna, Eguren, Cani (m.74 Cazorla), Rossi (m.78 Llorente) y Nilmar

Goles: 1-0 Min.20: Zarate; 1-1 Min. 40: Eguren, 2-1. Min.92: Rocchi

Árbitro: Ivan Bebek (CRO). Expulsó por doble amonestación allocal Matuzalem. Amonestó a Nilmar y Marcano, por el Villarreal, y aKolarov y Lichtsteiner, por el Lazio.

Incidencias: Partido de la tercera jornada del Grupo E de la Liga Europa disputado en el Estadio Olímpico de Roma.

La ocasión fallada por Nilmar fue un mal augurio. El balón le pertenecía al Villarreal, el juego discurría en campo ajeno, las ocasiones se sucedían una detrás de otra. Pero el primer gol llegó en la portería de Diego López, en una transición con pocos toques del Lazio y facilitado por la mala sincronía entre el centro del campo y la defensa amarilla que aprovechó Julio Cruz para ceder a Zárate, que no tembló ante López.

La posesión, la cadencia, el control de juego, es algo innatural, accesorio y superficial para cualquier equipo italiano. El Lazio lleva el gen azzurro hasta la médula. En su día contaba De la Peña, que le aconsejaron que retuviera el balón, que rápidamente debía lanzarlo a los puntas. Lo Pelat no entendió nunca para qué le habían fichado. El calcio ha quemado así a grandes jugadores. Y sigue sin darles vergüenza. La afición italiana no desea ver un espectáculo en un campo de fútbol. Quiere ver ganar a su equipo como sea. El Lazio logró lo que buscaba.

Más panchos que largos, felices se sintieron los romanos con el devenir del partido. Qué ingenuos los del Villarreal. Para qué tanto tocar, pensaban los romanos. Esperando la contra matadora, se juntaron tantos celestes ante Bizarri, que el portero argentino no vio el remate de Eguren que equilibró el marcador. Guiños del destino, el gol del Villarreal no llegó de una sutileza, sino de un rabioso cabezazo del jugador menos dotado técnicamente del conjunto castellonense a un buen centro de Capdevila en una jugada masticada, costumbre ancestral en los amarillos.

Apretó el Lazio en la segunda mitad, adelantando la presión. Se abrió el partido y dejó de ser un monólogo para el Villarreal que vio cómo el poste se alió con él en un remate de Zárate. Cuando a falta de 20 minutos fue expulsado Matuzlem, el Lazio volvió a su plan inicial, cediendo el protagonismo al Villarreal, que no lo supo aprovechar. Al contrario. Se vio superado en el último suspiro.

Joan Capdevila se lamenta durante el partido ante el Lazio.
Joan Capdevila se lamenta durante el partido ante el Lazio.REUTERS

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