Polyccio cambia el chip

Durante la carrera de 125cc del pasado Gran Premio de San Marino de MotoGP, Karlos Arguiñano pasó de la euforia a la decepción más absoluto en un segundo. El popular cocinero vasco es uno de los propietarios del equipo Derbi con el que Pol Espargaró disputa el Mundial. Una semana después de haber estrenado su casillero de victorias en Indianápolis, Polyccio estaba protagonizando la carrera de su vida en Misano. Tras realizar una salida defectuosa, el catalán llegó desde atrás como un trueno, pasó por encima del grupo que iba en cabeza y se colocó al frente del pelotón. Y entonces apareció Andrea Iannone, que en la última curva de la última vuelta realizó una maniobra suicida, trató de meter su moto por un hueco inexistente y se llevó puesto al catalán de mala manera. Para rematarlo, el italiano se encaró con él, le dio un cabezazo y más tarde dijo que Espargaró y su moto le daban "asco". La reparación de la moto le costó a la troupe de Arguiñano unos 50.000 euros. A pesar de pedir perdón a Pol a su llegada al circuito de Estoril, donde este domingo se disputa el Gran Premio de Portugal, la Aprilia del italiano circula más desnuda que nunca. Dos de sus principales patrocinadores (I.S.P.A. y Claridon) han emitido un comunicado en el que han anunciado que rescinden su contrato con Iannone, porque no quieren que se les asocie "con alguien que tiene un comportamiento como ese", según consta en la nota.

En el lado opuesto se encuentra Espargaró, consciente del cambio de chip que ha hecho, que ya se adivinó en Indianápolis, se confirmó en San Marino y que está al margen del desagradable incidente que tuvo con Iannone. El motor de este cambio de actitud de Pol ha sido su hermano Aleix, o más bien lo que le ocurrió a éste a finales del año pasado, cuando se quedó sin moto para esta temporada. Al vivir tan de cerca esa situación, Pol, un piloto de 18 años que posee un talento extraordinario pero que era un poco comodón, le vio las orejas al lobo y se puso a currar como nunca. "El ejemplo de Aleix fue importantísimo. Vi que podía pasarme a mí, y eso motivo que me replanteara loas cosas", certifica Pol. Entonces, su hermano acudió al recate y se convirtió en su guía.

"Hasta ahora, Pol se había colgado un poco, esperaba que los demás le solucionaran los problemas y lo fiaba todo a su talento", afirma Aleix, dos años mayor. "En casa hace lo contrario a lo que yo le digo, pero esta vez me puse serio y le dije que si quería mi ayuda, tenía que hacerme caso en todo", añade el hermano mayor, que lo primero que hizo fue fijar una serie de prioridades. "La primera era crear un orden, una metodología de trabajo que, además de bajar sus tiempos le permitiera ordenar un poco las ideas", argumenta Aleix. "Eso me enseñó a saber cuándo pensar en las motos y cuándo dejar de hacerlo. Cuánto tiempo concentrarme antes de salir a la pista", reconoce Pol. Para bajar los tiempos, Aleix tuvo claro el espejo en el que fijarse. "Empleamos el método de Dani Pedrosa, que divide la pista en sectores y trata de mejorar su tiempo tramo a tramo", comenta Aleix. "Es una información muy útil a nivel estratégico, porque luego, en carrera, sabes en qué parte de la pista te sientes más cómodo y puedes atacar", resuelve Pol.