El maillot amarillo de Indurain frente el morado de Tokio y el azul de Chicago

"¡Tokio, Tokio, Tokio!", gritaron los ciclistas japoneses, embutidos en anoraks morados para combatir los 10 grados de temperatura a las afueras del Bella Center, en Copenhague. "¡Madrid, Madrid, Madrid!", respondió la quincena de españoles, uniformados en gris justo antes de tomar la salida. Entre aficionados daneses, ciudadanos cicloturistas, y deportistas y representantes de las cuatro ciudades candidatas a organizar los Juegos Olímpicos de 2016, 150 personas se han montado en bicis de paseo para recorrer Copenhague. Ocho kilómetros hasta el centro de esta ciudad tomada por la policía, ya con tres jefes de Estado apurando las últimas horas para convencer de las bondades de sus candidaturas a los opacos e imprevisibles miembros del COI que votarán mañana. El paseo les ha tomado casi una hora. A la una menos cinco han llegado al Ayuntamiento de Copenhague, encabezados por la alcaldesa de la ciudad, Ritt Bjerregaard, la primera que se ha puesto el casco para reivindicar la sana costumbre de su ciudad. "Hasta el 40% de los vecinos se desplazan en bicicleta, incluida yo misma", decía, dos minutos antes de salir.

Los españoles, con Miguel Indurain como estrella mediática, se colocaron en cabeza, seguidos de los ruidosos tokiotas y los representantes de Río de Janeiro (entre quienes no había deportistas). Cerraba Chicago, de azul, con el vallista y doble medallista olímpico Edwin Moses y el también atleta (cinco medallas de oro olímpicas) Michael Johnson entre sus filas. Ha sido el único acto en el que coinciden representantes de las cuatro ciudades aspirantes en la carrera que se decide hoy.

Habían llegado los españoles los primeros (pensaban que la carrera era una hora antes), quizá ya dando vueltas sobre lo que debían decir a los miembros del COI a quienes conocen en estas pocas horas que quedan para arrancar un voto. "Ha mejorado la candidatura", aseguraba el veterano Indurain, que también tendrá que aplicarse, "está más asentada que en Singapur, ya se sabe cómo moverse". El navarro, que solía hacer ocho kilómetros en ocho minutos, era el más solicitado entre el grupo que formaban Fermín Cacho, Arantxa Sánchez Vicario, la nombrada mejor atleta europea Marta Domínguez, un poco ausente, pendiente del teléfono, o Amaya Valdemoro. Ésta decía: "Es nuestro maillot amarillo". Aunque vistiese unos vaqueros y un forro polar.