Suráfrica critica el ataque a Caster Semenya, calificada ahora de hermafrodita
La atleta se encuentra en el centro de la polémica tras vencer holgadamente en los Campeonatos del Mundo de Berlín
Poco se puede esperar de los políticos una vez se apropian de las victorias de atletas de su país como si fueran suyas, gestas nacionales, épicas colectivas. Eso hicieron las autoridades del Congreso Nacional Africano (ANC) en Suráfrica con Caster Semenya después de que se cuestionara que fuera mujer por su complexión física y su holgadísima victoria en los 800 metros en los pasados Campeonatos del Mundo de Berlín. Convirtieron a Semenya en una Juana de Arco y como tal la defienden ahora, cuando la prensa australiana ha publicado una supuesta filtración de la Federación Internacional de Atletismo (IAAF), según la cual Semenya es hermafrodita. Lejos de pensar en si la beligerancia beneficia de alguna manera al futuro de la atleta, el ministro de Deportes, Makhenkesi Stofile, habla de "Tercera Guerra Mundial" si la IAAF la excluye de competir; el gobierno se plantea denunciar a la IAAF por la filtración; hasta el presidente del país, Jacob Zuma, mete cuchara -moderada- y lamenta la invasión de la privacidad de la atleta, mientras que Winnie Madikizela-Mandela, parlamentaria y ex-mujer de Nelson Mandela recuerda que la chica es la víctima de un drama que ella no inició, puesto que desconocía su condición. De la que se enteró por la prensa local, que a escasas horas de recoger de forma prominente la información llegada de Australia debatía si había procedido éticamente o no.
Las acusaciones de racismo y sexismo con las que las autoridades surafricanas (de la mano de los cachorros de la Liga Joven del ANC y de las Juventudes Comunistas) atacaron a la IAAF en agosto por iniciar las pruebas a Semenya, dieron paso ayer al lenguaje bélico, "será la Tercera Guerra Mundial. Llegaremos a los niveles más altos para oponernos a tal decisión (de no dejar competir más a la atleta). Sería injusto", decía un indignado Makhenkesi Stofile, ministro de Deportes, para el que la intersexualidad de Semenya, de confirmarse, no tendría nada que ver con su rendimiento en la pista. Mayor drama añadía el responsable del comité parlamentario de Deportes, Butana Khompela, que decía "estar dispuesto a dar mi vida" por la atleta, al paso que anunciaba acciones legales contra la IAAF por la filtración, que, cierta o no, "ha causado un daño incalculable a Semenya". Los desencuentros entre la Federación Internacional de Atletismo y las autoridades deportivas surafricanas han sido constantes desde la impresionante victoria de la chica, procedente de la provincia de Limpopo, una de las más empobrecidas y rurales, en el norte del país.
Según publicaban ayer los medios locales, la IAAF pretendía entrevistarse con la corredora para darle a conocer los resultados iniciales, pero era la asociación surafricana la que no había facilitado el encuentro. Horas después llegaba la prensa australiana, vía Internet, que aseguraba que citaba a "una fuente cercana" a los resultados de las pruebas según los que la joven tiene vagina pero no útero y que en vez de ovarios presenta testículos internos, de ahí una producción mayor de testosterona y una ventaja injusta de la surafricana frente a sus rivales. La totalidad de los cargos públicos, incluido el presidente del gobierno, Jacob Zuma, deploraron la filtración y la publicación de las pruebas, la violación de la confidencialidad médica. Al igual que la mayoría de los surafricanos, que deploraban la "feria de monstruos" en la que ha devenido el caso Semenya. Si hoy la IAAF se desmarcaba de las publicaciones y anunciaba que no habría más declaraciones sobre este caso hasta el mes de noviembre, cuando discutirá el caso en la reunión del comité en Mónaco, hace dos días su secretario general, Pierre Weiss, aseguraba a la Agencia France Press, que "está claro que es una mujer, pero tal vez no 100%. Tenemos que ver si tiene alguna ventaja respecto al resto por estar posiblemente entre dos sexos". Las autoridades surafricanas aseguran que la atleta dispone de ayuda psicológica y se encuentra con su familia. Por el momento Caster Semenya guarda silencio y no estará presente en la carrera de cuatro kilómetros campo a través que tenía previsto correr mañana en Pretoria. Y los políticos se preparan para la guerra.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.