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FINAL LIGA ACB | TAU 80 - BARCELONA 82

Una canasta para la gloria

Basile, con solo tres puntos al borde final, le da la victoria al Barça frente a un desigual Tau

Basile se hartó de defender a Rakocevic, a Prigioni, a Lucas. Y anotó su primera canasta a falta de dos segundos para acabar el encuentro. Un triple que ganó el partido en una circunstancia poco probable, tras haber fallado Andersen un tiro más fácil. Un final para un partido de infarto.

Ni todos los errores son eternos, ni todos los aciertos duran toda la vida. Para eso existen los entrenadores y las leyes de la física. Y la psicología. Y la muñeca, etcétera, etcétera. El arranque del Tau fue espectacular: dominó literalmente todos los rebotes ofensivos, los peleados y los accesorios, su defensa fue abrumadora y su nivel de anotación increíble. No podía durar, ni el Barça, absolutamente encogido bajo los aros y con la muñeca temblando en cada tiro, lo podía permitir. Y el rumbo cambió en el segundo cuarto, cuando el Barcelona encontró no solo el acierto de Andersen, sino sobre todo su posición ofensiva y su manera de atacar a Splitter, el baluarte del Tau, el santo y seña del equipo de Ivanovic.

Tau 80 - Barcelona 82

Tau Cerámica (21+16+19+24): Prigioni (2), Rakocevic (19), Vidal (9), McDonald (10), Splitter (18) -cinco inicial-, Mickeal (5) Teletovic (11), Lucas (6).

Regal Barcelona (15+28+16+23): Lakovic (13), Basile (3), Navarro (11), Andersen (21), Santiago (9)-cinco inicial-, Vázquez (12), Ilyasova (8), Grimau (3), Sada (2).

Árbitros: Martín Bertrán, Hierrezuelo, Redondo.

Incidencias: Primer partido de la final ACB disputado en el Fernando Buesa Arena de Vitoria ante 9.500 espectadores.

Todo tenía mucho de desigual. Los parciales de uno contra otro, en cada cuarto, eran excesivos para la categoría del enfrentamiento. Algo así como una sucesión de sorpresas en la primera mitad del partido a la que sin embargo le sacó un mejor rendimiento el Barcelona que alcanzó el descanso con seis puntos de ventaja y la sensación moral de dominar el enfrentamiento. Un parcial de 2-12 es como para sentirse feliz después de haber temblado.

El Tau dudaba. Su segundo cuarto fue sorprendente. Rakocevic en blanco, Splitter agobiado por Andersen, McDonald (con un arranque espectacular) desaparecido, apenas fue capaz de encestar 16 puntos, mientras el Barça, con buenas alternativas en ataque, casi siempre encontró a Andersen, ya fuera en tiros de dos, ya fuera en tiros de tres, ya fuera bajo la canasta.

Habían sido como dos partidos distintos que se anularon entre sí. Tras el descanso, el asunto adquirió tintes más académicos, incluso previsibles. El Barça cargando la defensa contra Splitter a costa de llenar de faltas a Santiago y el Tau apelando una y otra vez a Rakocevic para que le sacara del atolladero. El serbio es insolente y tira de ingenio en los momentos de duda del equipo. Y así iba sobreviviendo el Tau ante un Barça más sólido: a tirones, ahora de Rakocevic, luego de Lucas, o muy de vez en cuando de Teletovic, para evitar que el conjunto azulgrana se escapara en el marcador.

Decía Rakocevic que hacen falta tres o cuatro jugadores en estado de gracia para ganar una final. El Tau ayer no los tenía, el Barça sí. El equipo de Ivanovic no contaba con su mejor Prigioni ni con la mejor versión de Teletovic o Mickeal, hombres que suelen ser decisivos en los momentos determinantes.

El Barça manejaba un mayor número de alternativas: Navarro, en plan hormiga, Andersen en plan estrella, Basile como un defensor implacable, Santiago, como una auténtica apisonadora.

Había diferencia, y sin embargo el partido seguía vivo por esa tenacidad clásica del Tau, de enemigo casi indomable al que nunca se puede dar por vencido. El nivel de tensión era importante pero no les hacía flaquear en los tiros libres: el primero de todo el partido lo falló Ilyasova cuando moría el último cuarto. Y entonces llegó la locura. Ahí surgieron todos. El recital de triples entrecruzados, la agresividad característica de los dos equipos, el baloncesto de precisión. Al Tau lo levantó Lucas con un triple estratosférico y Teletovic con esos resurgimientos tan característicos que tantas victorias le han dado al club vitoriano.

Fue una locura. La hora de la verdad. La hora de los valientes. Y ahí aparecieron todos sobre la pista, con el misterio paseando por el Buesa Arena dispuesto a castigar a uno y a premiar a otro. Y eligió a Basile, como podía haber elegido a Lucas.

Juan Carlos Navarro ante Sergi Vidal.
Juan Carlos Navarro ante Sergi Vidal.EFE

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