Gasol, a tumba abierta
"Estamos preparados para ser más agresivos", anuncia el pívot español ante su segunda final de la NBA
La crisis económica que azota también a muchos periódicos deja en minoría absoluta a los enviados especiales desde España para cubrir el segundo asalto de Pau Gasol al título de la NBA. Pero hablar con él, en vísperas del primer partido entre los Lakers y los Magic (3.00, madrugada del viernes, Canal+), sigue resultando poco menos que una tarea imposible. Le atosigan los periodistas americanos, le persiguen los latinos, no pierden comba chinos, japoneses, franceses o alemanes. "Si sobrevivo a esto", bromea, tras dar un mínimo de cuatro ruedas de prensa en las que no cabe un solo micrófono más ante su cara, "es que puedo con todo". En las tripas del Staples Center, en una jornada gris y a ratos lluviosa en Los Ángeles, huele a final. Balones gigantes, canastas que asemejan una torre de comunicaciones, el atrezzo propio de la ocasión. Y Pau Gasol arriba y abajo, perseguido muy de cerca por dos responsables de prensa de los Lakers y una representante de la NBA, que controla absolutamente todo el cotarro llegados a esta altura de la competición.
A sus 28 años, Pau Gasol comparece en plenitud de condiciones a una final en la que, el año pasado, estuvo a punto de reventar y en la que resistió sus dolores en un tobillo y en la espalda a base de antiinflamatorios. Para eso se ha machado a lo largo de todo el año. "Mi cuerpo está preparado para competir. El año pasado llegué un poco más corto de forma. Lo acusé especialmente en los finales de partido". El optimismo de Gasol se basa en lo individual y en lo colectivo. La tesis, la suya y también la que expresó Kobe Bryant sólo horas antes de dar comienzo el primer encuentro, es que las dificultades que pasaron los Lakers para eliminar a Houston (4-3) e incluso a Denver (4-2), les ha hecho más fuertes.
"Nos han llevado a crecer como equipo y nos permiten apreciar mejor el trabajo que nos ha costado llegar hasta aquí. Obviamente la experiencia del año pasado (los Lakers perdieron por 4-2 la final ante los Celtics) también nos ha hecho mejorar como equipo. La mayor lección que aprendimos es que no podemos salir a la cancha a ver qué pasa. Tenemos que ser realmente agresivos e ir a fondo. Definitivamente, aquello nos hizo más ávidos. Acabamos muy enojados, especialmente por cómo perdimos el último partido (131-92 en el Boston Garden)".
Uno de los interrogantes es cómo afrontará tácticamente Phil Jackson el problema que representa el poderío de Dwight Howard dentro de la zona, combinado además con la habilidad de Rashard Lewis para lanzar desde fuera de la zona. Pau Gasol podría verse obligado a alternarse en el marcaje de ambos. "Habrá mucho trabajo", vaticina. "Tendré que estar muy concentrado para ser capaz de cambiar de chip, cada vez que cambien los emparejamientos y las ayudas. Es un gran desafío. Son dos grandes jugadores, con características muy diferentes. Será duro, pero intentaré cumplir con el trabajo y ayudar a mi equipo. Howard ha desarrollado un juego verdaderamente bueno bajo el aro. Ha adquirido mucha confianza y cada vez juegan más su baza. Tenemos que ser muy agresivos, hacer duro su trabajo, obligarle a lanzar lo más lejos posible de la zona, limitar sus mates y sus rebotes ofensivos. Estamos preparados para ello".
La duda de última hora es si Stan Van Gundy, el entrenador de Orlando, echará mano de Jameer Nelson, el base que iba a ser all-star cuando se lesionó en enero. Desde entonces no ha jugado y apenas ha podido entrenarse un par de días con el equipo antes de la final. Por lo demás, las cartas están echadas: Fisher, Kobe Bryant, Ariza, Pau Gasol y Bynum por parte de los Lakers como probable cinco inicial; Alston, Lee, Turkoglu, Lewis y Howard por parte de los Magic. Con dos jugadores que salen del banquillo pero que suelen contar con más minutos que los titulares, Lamar Odom por parte de los Lakers y Mickeal Pietrus por parte de los Magic.
La final tiene su cuota en todos los informativos de Estados Unidos a pesar de haberse frustrado el duelo estelar que una mayoría deseaba entre LeBron James y Kobe Bryant. El interés por el duelo Lakers-Magic fue trasladado por un reportero que el pasado martes abordó al presidente Barack Obama y le pidió un pronóstico. "Los Lakers en seis partidos, creo", afirmó Obama, que en su juventud practicó este deporte y que recientemente acertó en su pronóstico al prever que la Universidad de North Carolina ganaría el título universitario.
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