Jasikevicius decide el clásico griego para el Panathinaikos

La locura del baloncesto griego se apoderó de Berlín y en una semifinal a brazo partido entre las dos lujosas plantillas en contienda volvió a emerger como tantas veces, como en sus mejores tiempos, el incombustible Saras Jasikevicius. Bajo su mando, el Panathinaikos resolvió un final que tenía pinta de todos los colores, incluido el de la prórroga. Pero el base lituano, al igual que su compatriota Siskaukas en la primera semifinal, tomó una vez más el timón y decidió cuándo y cómo iba a decantarse el clásico. El Olympiacos vendió muy cara su derrota y no se rindió hasta que Bourousis, bajo canasta, en el último segundo, falló en su intento de colarla entre los brazos de los pívots del equipo del trébol verde.

El partido valió la pena. El Panathinaikos mandó gracias a las acciones de Pekovic, su imponente pívot montenegrino. Vujcic, uno de los mejores gigantes que evolucionan en Europa durante los últimos años, se las vio y se las deseó para contener a Pekovic. Spanoulis ledio ritmo y también metralla al juego del Panathinaikos. La réplica del Olympiacos corrió a cargo del escolta estadounidense Lynn Greer, menos conocido que Childress, pero muy efectivo.

El Panathinaikos, de la mano de Jasikevicius y de Batiste, que relevó en el puesto de pívot a Pekovic, dio algunos estirones en el marcador (65-73 o 74-81), pero el Olympiacos siempre encontró recursos, con Papaloukas, un depredador nato en situaciones extremas, haciendo de las suyas. Un triple suyo y un tiro libre de Vujic, comprimieron el marcador a un minuto y medio para el final. Bourousis incluso llegó a empatar a 82 a poco más de un minuto pero una asistencia de Jasikevicius a Pekovic puso el definitivo 82-84 y Bourousis no logró enviar el partido a la prórroga.

El Panathinaikos buscará su quinto título en una final contra el CSKA que reeditará la de hace dos años en Atenas. Entonces, los griegos, en un sensacional partido, vencieron por 93-91 y Obradovic alzó su sexto título como entrenador con cuatro equipos diferentes, mientras que Jasikevicius, a sus 34 años, optará a su cuarta corona.