El Valladolid está agotado
Osasuna empata ante un rival que lleva cinco partidos sin marcar
Cinco partidos sin marcar y la sensación de agotamiento se ha extendido a toda la plantilla . El Valladolid sumó un punto, pero otra vez se quedó sin marcar, afeó su buen expediente de la temporada y dejó la sensación de que se le va a hacer muy larga la recta final, aunque la permanencia no corra un peligro serio. El equipo de Camacho sacó su lado matemático y convirtió el empate en la victoria que supone seguir fuera de los puestos de descenso otro domingo.
Mendilibar buscó rotaciones y se inventó un once sorprendente con Medunjanin en el enganche, Baraja como medio defensivo y Pedro León desplazado a la izquierda. Todo muy nuevo, pero poco diferente porque el Valladolid se estrelló otra vez en sus últimos vicios, en el ancla que tiene echada desde que la clasificación pintaba una permanencia virtual. Desde entonces no ha hecho un gol, apenas ha tenido ocasiones y solo ha sumado un punto. Ayer tenía en el césped, eso sí, dos fusileros de lujo, Medunjanin y Pedro León, que a la que se encontraban con un balón parado, poco importaba la posición, provocaban un sofocón en el área de Roberto.
VALLADOLID 0 - OSASUNA 0
Valladolid: Asenjo; Pedro López (Nano, m. 65), Luis Prieto, Iñaki Bea, Marcos; Javier Baraja, Borja (Jesús Rueda, m. 79); Aguirre, Medunjanin, Pedro León; y Oldoni (Ogbeche, m. 56). No utilizados: Villar; Goitom, Canobbio y Escudero.
Osasuna: Roberto; Azpilicueta, Sergio, Miguel Flaño, Monreal; Nekounam, Hidalgo; Juanfran, Sola (Ruper, m. 88), Plasil (Delporte, m. 80); y Masoud (Portillo, m. 67). No utilizados: Ricardo; Héctor Font, Cruchaga y Javier Flaño.
Árbitro: Fernández Borbalán. Amonestó a Pedro León, Plasil, Borja y Nekounam.
Unos 15.000 espectadores en el estadio de Zorrilla.
Osasuna tiró del agobio en el que lleva enredado toda la temporada para sacarle una cabeza al Valladolid a base de velocidad, de echar el cuero a la banda a la mínima ocasión, de presionar a destajo. Plasil y Juanfran se elevaron por encima del partido, aunque al remate no aparecía nadie y, cuando lo hacía, el Valladolid enseñaba a su portero, Asenjo, que sacó tres balones de gol. El partido se terminó en el descanso. Camacho decidió que la energía había que guardarla para otras batallas, que había que estirar el empate a cero hasta el final. El Valladolid tampoco quería desgaste: otro punto más, uno más cerca de la permanencia.
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