La Liga cura las heridas de Jiménez
El Sevilla gana a un Almería dormido
Un Sevilla bien distinto al que se vio frente al Athletic apareció ante su afición dispuesto a purgar sus pecados coperos. La bastaron cinco minutos a Kanouté para encarrilar el partido y dejar claro que la Liga es otra cosa. Ayer se curó las heridas el equipo de Manolo Jiménez ante un Almería que se vio acosado durante la primera parte. Hasta después del descanso el conjunto rojiblanco no propuso plan de ataque alguno. Y cuando lo hizo, se antojó demasiado tarde y sólo le sirvió a los de Hugo Sánchez para hacer sonar las alarmas del Sevilla.
A veces basta con cambiar algunas piezas para que la máquina vuelva a rodar. Lo debió pensar Jiménez, que introdujo cuatro cambios respecto al once titular de Bilbao. El equipo lo agradeció. Al menos en cuanto a la actitud. Si en San Mamés los jugadores sevillistas fueron simples convidados de piedra, ayer ante el Almería no pararon quietos ni un momento. El ritmo de los locales pilló a contrapié a los rojiblancos, que se durmieron en un centro de Romaric que hizo bueno Kanouté. El tempranero gol rebajó la tensión acumulada del Sevilla, que se adueñó del partido. El Almería, mientras, a verlas venir. Fue lo único que hizo en el primer tiempo. Atajar como podía los envites locales, incapaz de acercarse a dos metros de Palop.
El descanso le cambió la cara a los de Hugo Sánchez, que al fin presentaban combate. Justo cuando el Almería enseñaba las uñas, Renato se las cortaba con el segundo tanto del Sevilla. Pero ahí que entró en escena Piatti para sacar un penalti que transformó Negredo. El último cuarto de hora fue un intercambio de golpes en el que brillaron ambos porteros para dejar invariable el marcador. Toda una alegría para el Sevilla, que encuentra en la Liga su bálsamo particular.
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