Más moral para el Valladolid

Hay partidos que dejan tres puntos y poco más. Hay algunos que dejan los tres puntos y buenas sensaciones y hay otros, muy pocos, que dejan los puntos y un estado de ánimo especial al que gana y ningún reproche al que pierde. El Valladolid y el Athletic no hicieron su mejor partido, las ocasiones no fueron frecuentes, ni siquiera hubo momentos de buen fútbol, pero fue un partido peleado metro a metro, tenso, rápido y sobre todo, divertido.

El Valladolid ha recuperado el tono que le dejó una primera vuelta excelente, vuelve a ser el equipo que se cuadra ante su técnico y le obedece en todo sin hacer preguntas. Aunque no no tiene gol, no hay quien remate todo el caudal de futbolistas como Pedro León, Álvaro Rubio o Sesma.despliegan en el césped.El Athletic fue el de siempre, pero frente a un espejo perdió fuelle, le sorprendieron los goles y su capacidad de reacción fue limitada, aunque no perdió la fe hasta el final. Yeste estuvo medio partido escondido y Llorente tuvo que esforzarse contra una defensa más que solidaria y que se multiplicaba en torno al delantero.

El partido comenzó apresurado. Mendilibar había perdido a Canobbio por lesión.horas antes del partido. Acostumbrado a dominar el balón desde el inicio al Valladolid le faltaba una de sus referencias.A la otra referencia del equipo, Pedro León, el combate con Koikili, muy físico, no le iba bien, de modo que se unió al tropel que lo intentaba por el centro. Presionaba el Valladolid, peleaba el Athletic y el balón iba de un campo a otro acelerado y tenso, pero sin sentido.

El gol llegó de penalti, pero tuvo un efecto paradójico porque el que se entonó fue el Athletic, aunque superó las lesiones de Javi Martínez y Ustaritz. Caparrós movió a Yeste de la izquierda al centro, colocó a Etxebarría en la derecha, a Del Olmo en la izquierda. El jaleo de líneas, de puestos, de nombres, le sentó bien. al Athletic. que regresó al campo decidido a llevarse por delante al rival y comenzó a superarle en todo. Cada arreón sembraba una duda nueva en el Valladolid, cada jugada a balón parado era un sofocón para Justo Villar. que ayer aireó todos sus problemas en el juego aéreo.Pero el Valladolid tuvo una ocasión y la convirtió. en una diferencia que aparentaba definitiva.

El Athletic no consintió que el segundo gol le variase el plan. , siguió empujando con una fe inquebrantable pero el peligro no aparecía. En un saque de esquina el árbitro indicó penalti. se quedó en el área con el brazo extendido indicando el punto de penalti posiblemente por un agarrón de Nano en el primer palo. Llorente cogió el balón, lo envió al palo, y en el barullo posterior Orbaiz sacó un gol. El Valladolid se esmeró en alejar el balón de su área y cerró una victoria que le acerca muchísimo a la permanencia.