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OPEN DE AUSTRALIA

Federer se pasea

El suizo vence Juan Martín del Potro 6-3, 6-0 y 6-0 y ya está en semifinales

Roger Federer celebró la ruptura definitiva rematando con la cabeza una pelota a media pista. No necesitó ni usar la raqueta, como casi no la necesitó durante todo el partido: Juan Martín del Potro, el número seis del mundo, cayó (6-3, 6-0 y 6-0) eliminado en los cuartos de final del Abierto de Australia tras descubrir la distancia sideral que le separa de los mejores del mundo. Fue una educación dolorosa. Delpo sólo ganó seis puntos al resto en los dos primeros sets, y cuatro de ellos se los cedió Federer con errores no forzados. El argentino no pudo mantener su servicio ni una sola vez en las dos últimas mangas. Y nunca se presentó al partido. Federer se enfrentará por un puesto en la final del Abierto de Australia al estadounidense Andy Roddick, que vio cómo Novak Djokovic no terminaba su partido de cuartos, víctima de las altas temperaturas: 40 grados, y subiendo, una auténtica tortura.

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El sebio, con la gorra empapada por el agua y el sudor, intentó enfrentarse al problema con friegas con hielos, pidiendo la asistencia del fisioterapeuta, y colgándose del cuello toallas congeladas. Ni eso le hubiera servido a Del Potro. El partido arroja una lectura preocupante para el argentino. Fue derrotado por Andy Murray en cuartos del Abierto de Estados Unidos. Ha sido derrotado por Federer en cuartos del Abierto de Australia. No domina a los tenistas de su generación, y está a un mundo de los que forman la que la precede.

Federer lo dejó claro. Sólo hubo revuelo cuando se cambió de camiseta, y arrecieron los silbidos admirativos. El resto fue puro trámite, maquillaje estadístico y entrenamiento con público. El suizo vivió una noche cálida, la primera en muchos días en Melbourne, y protagonizó un encuentro sin alma, tan decantado estaba el partido. Estuvo suave, elástico, fino e inspirado. Federer volvió a parecerse a Federer y, al mismo tiempo, demostró el por qué del triunfo de su gran enemigo. Del Potro buscó una y otra vez el choque con su revés, esperanzado en que eso le abriera hueco a la derecha. No fue el caso. Para lograr ese resultado, hay que tirar cemento y plomo. La bola tiene que botar varios metros. Su salto tiene que ser tremendo. Al otro lado, en definitiva, debe estar un hombre, el único que parece en disposición de discutirle a Federer el primer grande del año. Rafa Nadal, y su prodigiosa derecha.

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El suizo remata con la cabeza una bola ganada a Del Potro
El suizo remata con la cabeza una bola ganada a Del PotroREUTERS

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