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FÓRMULA 1

"Este coche puede ganar"

Fernando Alonso se muestra más optimista que nunca en la presentación del R29, un bólido para volver a ganar el Mundial

"Tengo más ganas que nunca", dice Fernando Alonso con cara de niño que acaba de recibir de los Reyes el juguete con el que siempre soñó, un coche, por fin, a la altura de su talento, así que deberemos sufrir con él, y por él, los dos meses y nueve días que faltan para que comience el Mundial 2009 en Melbourne. Qué lejos queda aún de Portimao, el nuevo circuito del Algarve, donde ayer el mundo conoció el R29, el bólido con el que Alonso asaltará la corona de la fórmula 1. "Me espera un Mundial que, en teoría, será el más disputado de los últimos años", dijo. "Otros años la cosa se reduce a dos-tres pilotos y a dos escuderías; este año habrá cuatro-cinco pilotos y tres-cuatro equipos. Y ojalá yo sea uno de ellos".

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Sesenta y ocho días en los que todo su trabajo se centrará en acumular energía, en hacerle kilómetros y kilómetros a su nuevo bólido, un coche de línea clara, de colores cálidos, naranja y amarillo, con un serio problema de estética: los pegotes rojos que subrayan la geometría exagerada de los nuevos alerones, los frontales más bajos y más anchos, como recogedores en el morro, los posteriores más altos, cuadrados y estrechos, la base del chasis más pegada al suelo para ganar adherencia perdida. "Un coche de geometría extraña, obligada por las nuevas normas que reducen el papel de la aerodinámica", reconoce el piloto, "pero que se nos hace extraña porque estábamos acostumbrados los últimos años a otra estética. Y, además, la estética es secundaria, lo importante es que sea veloz".

"Si un coche gana es hermoso", proclama el patrón del equipo, Flavio Briatore, a quien como italiano se le reconoce de entrada el papel de árbitro de la elegancia y la belleza, pero que prefiere ser el rey del pragmatismo. "Y este coche puede ganar, y soy más optimista que otros años", continúa Alonso, campeón Mundial en 2005 y 2006, con Renault, "por varias razones. Porque la evolución del coche en la segunda mitad de la pasada temporada fue espectacular [en los últimos ocho grandes premios, Alonso, que se impuso en dos, fue el piloto que más puntos sumó, más que Hamilton, campeón final, y más que Massa, segundo], porque el túnel del viento ha funcionado este invierno al 100%, y el año pasado, no, tuvo muchos problemas; porque fuimos los únicos que pudimos 'descongelar' el motor el año pasado y ganar unos cuantos caballos, y porque el cambio tan grande en las normas [aparte de las aerodinámicas, la reintroducción de los neumáticos lisos y la aplicación del KERS, sistema de recuperación de la energía cinética: el calor de la frenada se acumula en una batería y se transforma en capacidad de aceleración] hará que prácticamente todos los equipos partamos de cero este año. Mientras, otras temporadas, los equipos que estaban más evolucionados, Ferrari, McLaren, sólo tenían que hacer pequeñas modificaciones para seguir un paso por delante". A Alonso le satisface especialmente el buen trabajo que ha realizado Renault con los neumáticos lisos, la forma en que han entendido su influencia en la forma de manejar y que los ingenieros hayan sido capaces de ganar 30 caballos de potencia con el motor.

Otra novedad en la descarga de medidas a que se ha sometido el 'circus' para tratar de contener el gasto es la que prohíbe los ensayos entre semana una vez comenzado el campeonato. "Por eso", dijo Alonso, de 27 años, "también soy optimista. Quien no consiga poner a punto el coche en los 'test' previos después no tendrá tiempo de rectificar. Así que se trata de hacer el máximo número de kilómetros y descubrir muchas cosas del R29 de aquí a la primera carrera". Al objetivo se acercó Renault con buen comienzo. Ayer, pese a la lluvia 'asturiana' que bañó el Algarve, Nelsinho Piquet, el compañero de Alonso, rodó más de 30 vueltas, mucho más de lo previsto, antes de que los mecánicos comenzaran a desmontar el coche para analizar las piezas.

La mayor preocupación es los elementos aerodinámicos, que volverán una y otra vez a probarse en el túnel del viento. "Con todos los cambios cada equipo tiene novedades que otros no han aplicado. Probaremos en el túnel las cosas de los otros para ver si son buenas. Hay que tener un coche fiable al 100% y con tanto cambio nos queda mucho trabajo, pero ha sido un día realmente bueno", dijo Alonso, quien, como de costumbre, mostró su cansancio cuando se le preguntó por todos los rumores que no paran sobre su futuro pase a Ferrari. "Llevo los colores de Renault y, por desgracia, tendré que responder a la misma pregunta todo el año", dijo. "Lo llevaré con calma pero no quiero hablar de Ferrari, ni ahora ni en todo el año".

"Fernando es el mejor piloto de fórmula 1", terminó Briatore. "Es un motivador excepcional y hacemos lo máximo para dejarle en condiciones de ganar. Y no se mueve de Renault".

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Vídeo: ELPAIS.com

Una "bobada" llamado KERS

C.A., Portimao

Para acoplar el KERS en la parte delantera del coche, los ingenieros de Enstone han tenido que ahorrar peso de donde han podido (el peso máximo de un F1 es de 600 kilos con piloto incluido), haciendo una caja de cambios de titanio y empleando aluminio y fibra de carbono al máximo; para ayudarles en la tarea, Alonso, antes que convertirse en piloto biónico, ha perdido peso, se ha quedado en 67 kilitos, dejando atrofiarse músculos que no necesita para conducir con neumáticos lisos y ha tenido que rediseñar el volante, añadiéndole cuatro botones -tres para el KERS, para ajustar la carga, para regular la descarga y para ponerlo en marcha, y un cuarto para los 'flaps' delanteros, las aletas móviles sobre los alerones-; y para que Magneti Marelli los fabricara, Flavio Briatore y otros cuantos patrones de escudería han tenido que gastarse del orden de 200 millones de euros, una pasta en tiempos de crisis. "Y todo, para nada", dice Briatore, sumamente escéptico con el último juguetito que se ha permitido la fórmula 1. "En 2010 seguro que no se utiliza y tampoco añadirá nada nuevo este año".

En teoría, el KERS, el calor de la frenada, energía hasta ahora desperdiciada, transformado en revoluciones de motor, algo así como el bono de energía que en la Wii permite a Super Mario salir disparado cuando lo obtiene, otorga a cada piloto un plus de 80 caballos durante seis segundos cada vuelta. Así, dicen en la federación internacional, aumentarán los adelantamientos y se ganará en espectacularidad.

"Pero", dice Briatore, que pese a haberlo instalado en el R29 no lo ha conectado al motor, "el KERS no vale para las salidas, pues aún no se ha cargado y tampoco valdrá para adelantar en las rectas: cuando a uno traten de adelantarlo apretando el botoncito él también lo apretará. Un gasto tonto".

"El KERS es una cosa que no tiene mucho sentido con la crisis", añade Alonso, tan escéptico como su patrón. "Es un sistema que no se ha probado y que no es factible en los coches de calle. Es un error que dudo que haga la diferencia: todos lo usaremos en el mismo momento y nadie lo notará. Una bobada esta inversión".

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