El Betis se atraganta sin Emana

El Betis se las prometía felices hace cuatro semanas, cuando acariciaba los puestos UEFA, de los que sólo le separaban un punto. Ayer despertaron del sueño y chocó con la realidad, que dice que está a 11 del sexto clasificado. El Athletic, en cambio, supo mantener el buen rumbo de las últimas jornadas y sumó su primera victoria a domicilio que le facilitará vivir unas vacaciones relajadas.

Entre el recuerdo del botellazo al portero Armando del pasado curso y el 25º aniversario de la victoria de España sobre Malta (12-1), el encuentro se instaló en un ritmo trepidante nada más sonar el silbato inicial. El exceso de adrenalina tuvo sus consecuencias. Una afectó al Athletic, que en apenas 20 minutos vio cómo se lesionaban dos de sus jugadores, David López y Murillo, a los que sustituyeron los jóvenes Susaeta y Etxeita. La otra, al Betis, cuyo línea de medios se diluyó como un azucarillo debido a la ausencia por sanción de dos hombres vitales, Mehmet Aurelio y, sobre todo, Emana.

Paco Chaparro echó mano de la improvisación para dibujar un equipo competitivo al que le faltaban las piezas fundamentales. Mehmet Aurelio y Emana, dos hombres vitales en el centro del campo, cumplían sanción por acumulación de amarillas. Las circunstancias obligaron al técnico a adelantar a Arzu, habitual como pareja de Juanito en el centro de la zaga, y situar en esta a Melli. A Arzu le faltó la velocidad de Emana, y a Rivera, el control y la serenidad del turco. La confusión que vivió el Betis se puede expresar en una jugada.

Al borde del descanso, Aitor Ocio se hizo un lío con el balón cerca del banderín de córner. Su torpeza la aprovechó Fernando Vega para enviar un balón al punto de penalti. Pero Sergio García y Damià se entorpecieron el uno al otro y el cuero acabó en terreno de nadie. El dislate se trasladó un minuto después a su propia área y afectó en exceso a la zaga bética. Escorado a la derecha, Susaeta se sacó un centro que remató solo Javi Martínez ante la estupefacción de la defensa local. Antes ya había tenido su oportunidad Llorente, pero se tropezó y no pudo encarar a Casto. El Athletic ha recuperado pujanza ofensiva gracias al buen estado de forma del delantero navarro, que ha aprendido a sacar provecho de su corpulencia.

El Betis está demostrando esta temporada que corazón no le falta. Pero sí ideas cuando en el campo no están los titulares habituales. Chaparro agitó la chistera en busca de una solución al desmadre que vivía el cuadro verdiblanco en el círculo central. Sin opciones de su gusto, cambió de estrategia y reforzó el equipo con dos delanteros, Pavones y Xisco.

Con la batalla perdida en la línea divisoria, apostó por el ataque directo con la entrada de Pavone, Xisco y José Mari. Por si no habían quedado claras las intenciones del entrenador bético, el tercer cambio llevó el nombre de José Mari por el lateral derecho Nélson. El Betis aumentó las revoluciones, a la espera de que con tanto artillero en sus filas las continuas llegadas a la cocina de Iraizoz tuvieran su recompensa.pero no contaba con que el Athletic se siente relativamente cómodo achicando agua. , bien pertrechado en su cueva y dejando cualquier golpe de efecto al buen hacer de Llorente. Al equipo de Heliópolis, pese al empuje final, se le atragantaron los turrones.