Un brazalete no lo es todo

Castigado William Gallas por sus excesivos arrebatos ante la prensa, ante la que llegó a acusar a su propio equipo, el Arsenal, de "cobarde", el centrocampista español Cesc Fábregas asumió el papel de capitán y estrenó el brazalete en la victoria ante el Dinamo de Kiev (1-0) seis años y siete meses después de su llegada al club gunner. Así, el ex barcelonista, que ya es un ídolo en Inglaterra, se sumó a la senda de Luis Suárez y Pep Guardiola en la lista de jugadores azulgrana que han capitaneado un equipo extranjero. Para Arsène Wenger, entrenador del Arsenal, Fábregas es ahora "la voz del club de cara al exterior".

La de ayer no fue la primera vez que el catalán se anuda el brazalete, aunque sí la más importante. Antes, Fábregas capitaneó al Arsenal durante la final de la Carling Cup, aunque fue apenas durante dos minutos. También lideró el equipo de juveniles del Barcelona, e incluso la selección nacional sub 17 hace cuatro años. "Por supuesto, no es lo mismo que ser capitán del Arsenal".

La posición del Arsenal en la Premier, por detrás de Chelsea, Liverpool y United, y la derrota por 0-2 ante el Aston Villa en el Emirates Stadium chocaron de frente con el temperamento del capitán francés, y en su primera comparecencia ante los medios admitió en plural que el equipo no era "lo suficientemente valiente en la batalla". No era la primera vez. El carácter del jugador y sus deslices (fue fotografiado con un cigarrillo a la salida de una discoteca) le colocaron en el centro de atención mediática y su imagen interna en el club a los ojos de Wenger continuó en decadencia hasta tocar fondo la semana pasada. Un día después de cuestionar la competitividad del equipo, la entidad londinense anunció la retirada de la capitanía al defensa.

Ahora comienza la era Fábregas. El internacional español comandó con autoridad la escuadra roja ante los rusos, pero su rendimiento no varió. La precisión de sus pases y el control en la medular estuvieron a la altura de cada partido, pero detrás del nombramiento surgieron los primeros rumores. ¿Supone el ascenso de Fábregas una maniobra de Wenger para atar al centrocampista y alejar cualquier intención de abandonar el equipo? Así fue hace dos años. El técnico francés cedió la capitanía del equipo a Thierry Henry, ahora jugador del FC Barcelona, y mantuvo al delantero en su plantilla durante dos años más.

Sin embargo, un brazalete no lo es todo. Wenger es consciente de que sin triunfos las puertas del Camp Nou se abren para Fábregas, pretendido por el club que le dejó marchar en 2001. Las cosas no pintan bien para el manager de Estrasburgo, pero, ¿es una mala racha? La prensa inglesa se muestra mordaz y escéptica. El Times analiza la situación del Arsenal y concluye afirmando que el equipo necesita un líder más que un capitán. ¿Habría perdido Gallas la capitanía si su presencia en el equipo fuera tan determinante como la de Henry? Numerando las carencias, el tabloide destaca falta de fuerza, carácter, experiencia y mentalidad ganadora como causas principales del bajo rendimiento del equipo. Le falta la gracia que ahora poseen Liverpool, con Torres, Chelsea, con Drogba, o Manchester United, con Ronaldo.

"Ahora, Wenger está corto de opciones", destaca el rotativo, que sospecha que ya no esté a la altura de las circunstancias pese a ser el mejor entrenador extranjero que ha conocido la Premier.