Felipe Massa gana la primera batalla

La batalla final ha comenzado, y Ferrari ha dado la primera estocada. Felipe Massa firmó la última 'pole' del año, quizá la más importante, con una vuelta impecable, azuzado por el rugir de una afición enloquecida y escoltado por Jarno Trulli y Kimi Raikkonen, que partirán mañana como escuderos del brasileño en su camino al milagro de arrebatarle el Mundial a Lewis Hamilton. Un año después, el piloto de McLaren acusó los nervios de enfrentarse a una grada como la de Interlagos. Las ruedas traseras de su monoplaza patinaron sobre el asfalto de Sao Paulo en su penúltima vuelta lanzada y dejaron en la cuneta parte de sus aspiraciones. Siguió peleando el británico, pero su paso por meta dejó evidencia de su error, y ya no tuvo tiempo de recuperar la concentración. El cavallino de Massa galopaba hacia la primera posición. Hamilton cruzaba los dedos para que nadie más se colara entre él y su rival.

Las dudas se han apoderado del box de Ron Dennis. El cuarto puesto de su pupilo y la pobre actuación en las dos primeras tandas de calificación trajo inevitablemente el recuerdo nefasto de la pasada temporada, y aunque Hamilton no se cansa de repetir que no tiene presión, que su arrojo en la pista es distinto al del año pasado, la situación se ha complicado más de lo previsto. La presencia del correoso Trulli y de Kimi Raikkonen por delante y de un Fernando Alonso renacido por detrás planteará el reto más difícil de la temporada. ¿Arriesgar o mantener la posición? La pregunta se repite por todos los rincones. Ambas opciones podrían escribir el nombre de Lewis Hamilton en los anales del automovilismo, pero también en el libro de los fracasos.

Por cuarto año consecutivo, el autódromo Carlos Pace (Interlagos) decidirá el título, aunque las estadísticas no supongan un aval suficiente para el autor de la 'pole'. Sólo en tres de las diez últimas ediciones del Gran Premio de Brasil el mejor en la prueba de calificación consiguió la victoria el domingo. Si la carrera se desarrolla sin incidentes, Felipe Massa verá alejarse el Mundial a favor de Lewis Hamilton. El inglés necesita concluir, como mínimo, en quinta posición para adjudicarse su primer entorchado, mientras que el carioca sólo ganaría si mantiene la primera plaza y Hamilton concluye sexto (empatarían a puntos pero Massa sería campeón por tener más victorias que su rival, 6-5), o si finaliza segundo y el británico en octava posición (empatarían a 95 puntos pero Massa ganaría por tener más segundos puestos, 3-2).

"Los tiempos han están muy apretados, tal y como imaginábamos. Ha sido difícil, ya que en la crono uno iba noveno y en la crono tres he acabado sexto", declaraba Alonso tras la prueba. Se aprietan los números. También la parrilla. Ferrari afinó al máximo sus reglajes en busca de la tercera victoria consecutiva en Brasil y acalló el primer grito de alegría a Lewis Hamilton, pero no fue la verdadera sorpresa del día. Toyota se sorprendía de su propio rendimiento, casi tanto como Toro Rosso con la actuación de Sebastian Vettel. El alemán, que corría con un motor Ferrari muy cercano de prestaciones al que calzan Massa y Raikkonen, se erigió como uno de los principales aliados de la Scuderia alcanzando por momentos el cuarteto de cabeza. Séptimo, Vettel intentará incomodar en la salida de mañana a Alonso y Kovalainen. Quién sabe, quizá también a Lewis Hamilton.

Los mismos fantasmas que alejó Lewis Hamilton con su victoria en Shanghai le acompañarán mañana desde que se apaguen los semáforos. Aunque su posición es relativamente cómoda, la lluvia, un accidente, una avería o una mala maniobra podrían dar al traste con todos sus sueños. Si no, McLaren engrosará sus vitrinas nueve años después de que Mika Hakkinen otorgara el último título en 1999, e Inglaterra gritará tanto de júbilo que los aullidos de la hinchada brasileña resonarán como un mero rumor.