El Sevilla baja a la tierra
El cuadro de Jiménez se queda sin ideas para romper la buena organización del Málaga
El Málaga truncó el momento dulce que atravesaba el Sevilla en la Liga, en la que aún desconocía lo amargo que sabe una derrota. Manolo Jiménez lo había advertido antes del partido de la Copa de la UEFA frente al Stuttgart. Tanto azúcar podía acabar empachando. El técnico sevillista acertó en su predicción.Ayer, el cuadro de Antonio Tapia bajó al Sevilla de la nube de algodón en la que se había instalado con la misma fórmula que venía aplicando el de Nervión: paciencia, eficacia y una impecable colocación sobre el césped.
El Málaga situó a sus jugadores como si fueran piezas de un futbolín. Todas sus líneas parecían atravesadas por un hilo invisible. Si Jesús Gámez daba un paso a la derecha, el movimiento se transmitía hasta Calleja, en el lateral opuesto, y la defensa se movía en bloque. La coreografía del conjunto malagueño acabó por ahogar la salida del balón de los centrocampista del Sevilla. Maresca, cerebro sevillista, tuvo un día fatídico. Ni un sólo de sus pases llegó al destinatario. Y cuando los sevillistas abandonan el control del círculo central, el equipo se resiente.
Sevilla 0 - Málaga 1
Sevilla : Palop; Crespo (Chevantón, m.57), Squillaci, Escudé, Fernando Navarro; Jesús Navas, Maresca (Romaric, m.46), Duscher, Adriano; Renato (Armenteros, m.71) y Luis Fabiano.
Málaga Gol : 0-1, M.16: Adrián.
Árbitro : Miguel Ángel Ayza Gámez (Comité Valenciano). Expulsó al sevillista Adriano con roja directa, en el minuto 67, por darle un codazo a un rival. Además, amonestó a los visitantes Nacho (m.25) y Calleja (m.58) y a los visitantes Jesús Navas (m.47), Chevantón (m.62) y Duscher (m.73).
Incidencias : Partido disputado en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán ante cerca de 45.000 espectadores. Terreno de juego en buenas condiciones.
El Sevilla se quedó sin ideas, incapaz de encontrar una rendija por la que colarse en la sólida defensa del Málaga. Anulado el medio del campo y olvidadas las bandas, -sólo Jesús Navas, y en contadas ocasiones, trató de adentrarse por la orilla derecha-, el cuadro local optó por bombardear el centro de la zaga rival. Pero Hélder Rosario y Weligton rechazaron una y otra vez sus ataques.
El Málaga se fue adueñando del encuentro. Apoño repartía las cartas a uno y otro lado, estirando el campo como un chicle. Y Nacho aprovechaba los espacios que le dejaban en la izquierda para hacer la vida imposible a Crespo, que acabó descoyuntado en el lateral derecho. Por ahí se coló Adrián para recibir un pase de Nacho y batir a Palop. Luis Fabiano, anulado durante 25 minutos, respondió con una jugada individual y una vaselina a Arnau que se encontró con el larguero. ¿Reaccionaba el Sevilla? Más bien, buscaba una solución de urgencia, incapaz de crear espacios para sus delanteros. Desquiciado como estaba el Sevilla, lo mejor que le podía pasar era coger aire en el descanso. Jiménez movió ficha y dio entrada a Romaric y Chevantón en lugar de Maresca. El equipo de Nervión se lanzó a recuperar el balón que le había robado el Málaga en la primera mitad.
Arnau empezó a intervenir más veces de las que quisiera Tapia. Su equipo comenzó a perder la geometría. El técnico sevillista echó más leña al fuego y sacrificó Crespo en beneficio de Chevantón, dejando el flanco derecho de la defensa completamente libre. No tuvo el resultado esperado y los nervios se apoderaron del Sevilla. Adriano vio la tarjeta roja por un codazo en la cara a Jesús Gámez mientras el delantero uruguayo se encaraba con todo ser viviente.
Ante la alteración nerviosa de los sevillistas, el Málaga ofreció serenidad. El cuadro de Tapia continuó en sus trece: tranquilidad y organización a partes iguales. Sin renunciar nunca al ataque. De hecho, Palop evitó en dos ocasiones el 0-2 (primero, en un cara a cara con Adrián; y después con Luque). Lo que no pudo evitar fue que Adrián rompiera su marca de imbatibilidad en el Sevilla, nique su equipo sumara la primera derrota de la temporada ante un Málaga tan organizado como eficaz.
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