El Levante se resiste a morir

Resistirse o morir. Ésa sido la encrucijada a la que se ha visto abocado el Levante desde hace meses. Desde el inicio de la Liga, su fenecimiento se da por seguro. Y resulta desmoralizante ver cómo, cuando más evidente es el descenso, mejor es el fútbol que practica y mayor la seguridad que demuestra. No es excelente su fútbol, es obvio, pero su progresión desde que el ya ausente Gianni De Biasi llegó al banquillo ha sido espectacular. Ayer en el día del debut de José Ángel Moreno, director técnico de las categorías inferiores, los jugadores granota dieron una nueva lección de moral y esfuerzo y exhibieron el orgullo que, pese a llevar meses sin cobrar, les impulsa en cada zancada.

El Getafe, que ha venido perdiendo fuelle a medida que avanzaba la competición doméstica y que se ha desmoralizado tras su segundo desengaño copero, no fue el equipo que ha enamorado a media España por su frescura. Le pesó demasiado la última derrota, la del miércoles en el Calderón. No tuvo tanto el balón como acostumbra. Por el cansancio físico y psíquico que arrastra el equipo azulón, le costó muchísimo entrar en el partido.

En el Levante, sobresalieron Juanma y Pedro León: incansables y no merecedores de descender a Segunda. Sus goles, de una belleza inusual en el Ciutat de València, sabían a revancha. ¿Revancha de qué? Sin duda, se vengaron los jugadores del Levante de su propia desgracia y de los desmanes del club en el que militan.

En el Getafe, tan sólo destacó Braulio. Fue el quien provocó el penalti que materializó De la Red. Superó Braulio a Álvaro y también a Serrano, que no pudo frenar la contra del Getafe y el meta Reina solucionó la papeleta derribando al joven delantero canario. Al Getafe se le escapa el sueño de regresar a Europa la temporada próxima. Y el Levante morirá. Bajará a Segunda tarde o temprano. Pero morirá con las botas puestas.