Victorias de Madrid, Barcelona y Unicaja en la Euroliga
Los de Joan Plaza vencen al Panathinaikos (95-87), el equipo azulgrana derrota al Brose (65-69) y los malacitanos superan al Efes Pilsen (87-77).
Buena jornada para los representantes españoles en la Euroliga. El Real Madrid venció al Panathinaikos (95-87) con un Bullock estelar que decidió el partido en la prórroga. Mientras, el Barcelona pasó más apuros de lo previsto ante el Brose alemán (65-69) y tuvo que recurrir a Lakovic y Trías para resolver el duelo. Y para redondear una gran noche, Unicaja derrotó a un rival siempre complicado como lo es el Efes Pilsen turco por 87-77.
El Real Madrid alcanzó el objetivo que perseguía para alimentar sus sueños de grandeza en la Euroliga, que no era otro que ganar al Panathinaikos griego, al actual amo de la canasta europea, y mirar a la segunda fase con unos cuantos ases en la manga, una meta que hizo realidad el estadounidense Louis Bullock como estilete de un gran trabajo colectivo mediante tres triples seguidos en los últimos segundos.
Por su parte, el Barcelona cerró la primera fase de la Euroliga con una ajustada victoria (65-69) en la pista del Brose Baskets alemán, un equipo menor, colista del grupo C y peor equipo de la Euroliga en valoración general, gracias al acierto reboteador de Jordi Trias y a la resurrección anotadora de Jaka Lakovic en el último cuarto. Obligado por la jerarquía deportiva a ganar el partido, el Barcelona firmó un encuentro plano, sin ideas. Jugó un trámite y ganó, pero lo hizo sin brillo, reaccionando sólo cuando la derrota asomaba ya en el marcador y para evitar el ridículo de caer en la cancha del flojo equipo dirigido de Dirk Bauermann.
Unicaja, victoria agridulce
Mientras, el Unicaja de Málaga cumplió con su cometido de ganar al Efes Pilsen sin excesivos problemas, pero acabó tercero de grupo B, por la victoria del Maccabi en Salónica ante el Aris. Además, tampoco pudo ser cabeza de serie en el sorteo de la siguiente fase por el triunfo del Real Madrid frente al Panathinaikos.
El Unicaja tenía varios frentes abiertos. Jugaba en varios pabellones para conocer su posición en el grupo o si podía ser cabeza de serie. El pensamiento se encontraba en Salónica donde el Maccabi jugaba ante el Aris y en España, donde el Real Madrid recibía al Panathinaikos.
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