_
_
_
_
COPA DEL REY | BARCELONA 0 - SEVILLA 0

Una cuestión de oficio

El Barcelona, en su concepción más italiana y manejando los tiempos, logra el pase a cuartos tras empatar a cero contra el Sevilla, al que le anularon un gol en los instantes finales

Al más puro estilo italiano. Midiendo los tiempos, especulando con el reloj y envuelto en el peligroso juego de la ruleta rusa, el Barcelona obtuvo el pase a los cuartos de final de la Copa del Rey tras cosechar un empate a cero contra el Sevilla en el partido de vuelta disputado en el Camp Nou. Una eliminatoria traducida en una cuestión de detalles, en un juego de pizarras. Al final, el gol de Thierry Henry y las intervenciones de Valdés en la ida valieron su peso en oro y permitieron a los de Rijkaard, muy lejos de la esencia que ha definido al equipo del holandés, acceder a la siguiente fase de la competición y tumbar al vigente campeón.

Los compases iniciales del encuentro parecían una prolongación del partido de ida, jugado de poder a poder y convertido en un correcalles. A los veinticinco segundos, un envío envenenado de Alves desde la derecha estuvo a punto de ser aprovechado por Chevantón, y en la jugada posterior, Iniesta desarmó a la defensa andaluza en busca de la escuadra de De Sanctis con escaso éxito. Pero conforme transcurrieron los minutos, los dos equipos exhibieron su versión más fría, más analítica.

Más información
El Barcelona alcanza un acuerdo con el Celta para fichar a Pinto

El Sevilla, que acostumbra a ir a por el encuentro desde el pitido inicial, esperó los tímidos acercamientos de su rival, que del mismo modo jugaba a contemporizar el 1-1 obtenido en el Sánchez Pizjuán. Sin embargo, el primer paso, el primer aviso serio de anhelar el gol lo dio el Barça, cuando una jugada trenzada entre Henry e Iniesta derivó en una doble finta del manchego y un disparo que se perdió en el graderío.

El Sevilla cede metros

Poco a poco el choque tomaba cuerpo y el equipo azulgrana ganó metros. Los que le cedió un Sevilla excesivamente acomplejado por la ausencia de sus jugadores africanos y empeñado en resolver a través de un golpe de inspiración de Alves o el instinto voraz de Luis Fabiano. El ariete brasileño, mermado por un proceso gripal, no logró perforar la meta de Valdés, pero dejó huella con un testarazo que salió lamiendo el larguero.

Apagado Diego Capel y anuladas las bandas sevillistas, principal baza andaluza, el Barcelona se lanzó definitivamente a por el partido al amparo de su nuevo guía, Thierry Henry. Menos brillante que ante el Mallorca o el Murcia, el francés volvió a ser el argumento de más peso en el ataque azulgrana. Con madera de líder, elegante en su zancada y letal en la arrancada, el '14' estuvo muy cerca de saborear el gol en un contragolpe conducido por Giovanni, pero erró en su zurdazo. Y cuando agonizaba la primera mitad, Gudjohnsen recogió el testigo de Tití y soltó un potente tiro que detuvo en dos tiempos De Sanctis.

Deco entra en escena

Acuciado por la necesidad, el Sevilla tomó el mando en el segundo acto. El cuadro de Manolo Jiménez trató de reactivar sus bandas y la figura de Jesús Navas cobró protagonismo con un lanzamiento lejano que solventó correctamente Víctor Valdés. Bien sostenido por Márquez en el pivote, pero escaso de pegada arriba, el Barça adelantó sus líneas con la incorporación de Bojan. El imberbe delantero dotó de más mordiente al ataque y estimuló la maquinaria azulgrana, que a pesar de todo seguía reclamando un nexo que diese más sentido a su juego. Rijkaard tomó nota y a petición de su público, al unánime grito de "¡Deco, Deco!", el entrenador holandés introdujo al motor portugués.

El partido entró en la recta decisiva. Una constante fase de tanteo, una cuestión de detalles, en la que un mal paso, una decisión inoportuna, podía apear a cualquiera de los dos contendientes. A menos de diez minutos para el final, Daniel Alves elevó el tensiómetro blaugrana con un disparo que golpeó la parte superior de la portería de Valdés, y tan sólo tres minutos después, se produjo la acción clave del encuentro. Jesús Navas remató al fondo de las mallas e impregnó el Camp Nou de un gélido silencio, pero Pérez Burrull apreció la posición irreglamentaria del sevillista y anuló el gol. El coliseo catalán tomó aire y empujó al Barça, en su concepción más práctica, a los cuartos de final.

Márquez y el uruguayo Chevantón pugnan por un balón aéreo
Márquez y el uruguayo Chevantón pugnan por un balón aéreoEFE

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_