La pertiguista Buschbaum se retira y asume su transexualidad
"Desde hace años me siento en un cuerpo ajeno. Quien me conoce, lo ve claro. Soy un hombre que vive en un cuerpo de mujer", explica la atleta, de 27 años
La pertiguista alemana Yvonne Buschmann, medalla de bronce en los Europeos de 1998 y 2002, ha colgado la pértiga y asumido su transexualidad entre el respeto de algún compañero de profesión. "Desde hace años me siento en un cuerpo ajeno. Quien me conoce, lo ve claro. Soy un hombre que vive en un cuerpo de mujer", explica la atleta, de 27 años, en su página de internet, donde anuncia su retirada.
Tantos años de "discrepancia" entre su apariencia y la realidad han dejado sus secuelas, prosigue, en forma de una lesión persistente en el tendón de Aquiles. Se trata de una lesión "física", reflejo de que algo no funcionaba bien en su interior, argumenta la atleta.
Buschbaum, cuya mejor marca está en los 4,7 metros, pide comprensión y respeto por una decisión que ha sido difícil, entre otras cosas porque afecta al mundo considerado marginal, como es la transexualidad. Las primeras reacciones apuntan en esa dirección. Otro pertiguista alemán de elite, Tim Lobinger, dice al periódoco Bild : "Hay que tener huevos en los pantalones para tomar esa decisión. Le deseo lo mejor". El popular diario recuerda un antecedente en el deporte alemán, la ex lanzadora de peso Heidi Krüger, campeona de Europa en 1996. En ese caso, su transexualidad fue consecuencia de los programas de dopaje de la extinta República Democrática Alemana (RDA).
Tras sufrir trastornos hormonales, Krüger decidió convertirse en hombre, se operó y cambió de nombre por el de Manfred Krieger. Como hombre prestó declaración en el juicio contra el máximo responsable del deporte del régimen germano-oriental, Manfred Ewald, condenado en el 2000 a 22 meses de libertad provisional.
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