Prigioni catapulta al Tau a la final de la Supercopa
El equipo ceramista se enfrentará al Axa Barcelona con la intención de revalidar el título
El Tau Cerámica podrá revalidar mañana el título de campeón de la Supercopa ACB, al lograr el triunfo, por 82-83, frente al campeón de la Liga pasada, el Real Madrid, en la primera de las semifinales del torneo inaugural del curso 2007-08, disputada en el Bizkaia Arena del Bilbao Exhibition Centre de Bilbao.
El Tau ganó por un milímetro, apenas un detalle en plena pretemporada de los equipos, y, catapultado por el base argentino, Pablo Prigioni, con 20 puntos, podrá sumar mañana en la final el tercer título en las apenas cuatro ediciones que cumple este año la Supercopa ACB, mientras que el grupo de Joan Plaza se quedó, de nuevo, sin el trofeo que le falta pese al liderazgo encestador de Louis Bullock, con 27 tantos.
El Tau ya vive sin Luis Scola y eso es mucho para el vigente supercampeón. El pívot argentino, MVP del pasado curso -como también lo fue de 2005-06- , era el alma del Tau guerrero, defensivo, ofensivo, del equipo hecho para los campeonatos de una semana. A cambio Splitter tiene ahora como compañero en la ''pintura'' el músculo de Singleton y Will McDonald, americanos de toda la vida, menos académicos.
Este último pudo jugar en medio del enredo entre la ACB y el FEB (la primera entiende que no debe ocupar la plaza de extracomunitario al estar casado con una española; la segunda, todo lo contrario, aunque envió una carta otorgándole el permiso al entender que el torneo no es oficial) y tuvo un momento de inspiración en el segundo cuarto, antes de que los vitorianos empezaran a hacer agua (39-28).
En cambio, un parcial de 3-13 en los minutos previos al descanso dejó al Tau en la orilla de la remontada (42-41). El Madrid era más regular; el Tau, sin el concurso de Igor Rakocevic, peleado con los árbitros y su falta de tino, funcionaba a base de los impulsos que le transmitían Prigioni o Splitter. El poste brasileño fue, precisamente, el que puso en ventaja al Tau (44-46), lanzado tras el descanso, pero frenado por un Bullock que acudió al rescate (57-50) madridista.
El Madrid afrontó la recta final con un pequeño colchón de seis puntos tras un triple (73-67) de Mumbrú, pero, entonces, incomprensiblemente, se desquició, como lo hizo Felipe Reyes que, con una falta técnica (su quinta personal) y una descalificante, echó por la borda (73-73) el trabajo de su equipo. El resto fue un pulso entre Prigioni y Bullock, favorable al primero, que anotó los tiros libres que sentenciaron (80-83) al Madrid. El equipo blanco pudo forzar la prórroga, no obstante, con un triple final errado de Tunceri.
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